La Policía alemana cree que Madeleine McCann pudo ser forzada en un zulo
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Un zulo en la anterior casa del principal sospechoso de la desaparición de Madeleine McCann constituye el escondite donde la Policía alemana sospecha que Christian Brueckner cometió algunas de sus fechorías e incluso abusos sexuales a la niña británica desaparecida en el Algarve en 2007.
De esta forma, el hallazgo de unas muñecas de madera un tanto deterioradas y unas lámparas pueden ser la señal de que la encerraba en la trampilla para satisfacer sus deseos.
Así, las fuerzas policiales germanas tienen el convencimiento de que el zulo, ubicado en medio del domicilio, era el escenario donde él pudo ‘jugar’ con esta y otras menores, porque los expedientes de los investigadores lo sitúan como un individuo con antecedentes.
Los giros son constantes en este asunto tan oscuro, plagado de contradicciones, como cuando una testigo reveló en la RTP, la televisión pública de Portugal, que estaba «segura» de haber visto a Madeleine McCann en un supermercado de Galé, cerca de Praia da Luz, el rincón del Algarve en el que la niña despareció de la habitación del hotel donde sus padres la habían dejado para irse a cenar.
«Fue hace tres o cuatro años y era ella, lo sé. Vi detrás de mí, en la cola para pagar, a una adolescente hablando en alemán con otra. Me volví, miré y reconocí a la niña por la mancha que presentaba en un ojo (producto de un coloboma ocular), porque me había fijado en ese detalle cuando veía las noticias sobre el caso en las televisiones», señaló la mujer, que comprendía el idioma germano.
Catorce años de este caso
Ya son 14 los años que hace que la pequeña desapareció en el sur de Portugal, un caso que cada vez se complica más. A las investigaciones de la Policía lusa y de Scotland Yard, se le sumó el creciente protagonismo de los cuerpos de seguridad alemanes, toda vez que saltó al primer plano el sospechoso Christian Brueckner, que residía en la ciudad de Hannover.
El hombre germano se encontraba acampado en una autocaravana al lado de donde se alojaba la familia McCann en Praia da Luz, y de ahí que interviniera en los hechos, de acuerdo con los agentes de su país.
Por otra parte, Brueckner le confesó a un amigo que le fascinaba el relato sobre el arquitecto austriaco Josef Fritzl, quien violó sistemáticamente a su hija en una mazmorra donde la tenía encerrada. Nada menos que 24 años duró el calvario de la menor, víctima del conocido como ‘ monstruo de Amstetten’. Por tal razón, pudo quizá imitar el desarrollo de los acontecimientos.
No contento con semejante obsesión morbosa, el sospechoso construyó un habitáculo en la parte trasera del inmueble de Seelze, aprovechando el espacio del jardín, y hoy los investigadores se concentran ahí, en vista de que pudo haberlo utilizado para mantener cautiva a Maddie. Estamos ante una línea de investigación completamente distinta a la que preside los trabajos de sus colegas lusos e ingleses: que la menor fue, probablemente, asesinada.
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