Pedro Duque niega que sobren universidades pero admite que llega al cargo sin «fórmula mágica»
El ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, ha negado que España tenga «demasiadas» universidades, y que lo que hay que hacer con ellas es promocionarlas, es decir, que «se vean mejor en el exterior».
«España es el cuarto mejor país en acceso a la universidad, pero estamos muy por debajo en el acceso a las profesiones que se demandan por parte de la industria innovadora», ha apuntado Duque en una entrevista en Antena 3.
Aunque el ministro reconoce que no tiene «la fórmula mágica» para mejorar esto, no ha descartado desarrollar determinadas acciones: «A lo mejor hay que hacer algo por ahí, yo puedo fomentar y dar premios a la mejor universidad, poner algún tipo de fondo para que se produzca algún tipo de trasvase empresarial».
Durante la entrevista, Duque ha dejado claro que su primera prioridad en el cargo es «echar grasa a la maquinaria de la Administración Pública» y hacer que «fluya», pues dice que al no haber antes un ministro específico de Ciencia, ha habido cosas que se han quedado sin sacar adelante.
«No podía decir que no»
Tal y como ha relatado, las llamadas que recibe de científicos, universidades, laboratorios o empresas innovadoras, son para pedirle que se utilicen los fondos ya existentes. Además, según continúa, su «margen» es trabajar con los presupuestos ya establecidos, lo que sería un «beneficio», pero el «pacto» que hay entre todos es que aumente la dotación presupuestaria.
«La inversión es una asignatura pendiente, lo que hay que hacer es plasmar esa idea conjunta que tenemos todos en algún papel que nos permita sacar ese problema de los vaivenes de la política», ha señalado el titular de este recién creado departamento. «Trataré de decir la verdad y trataré de llegar a acuerdos con todos, ese es mi mandato por parte del presidente», resume.
El ingeniero y astronauta ha relatado cómo se puso en contacto Pedro Sánchez con él para ofrecerle el puesto de ministro. «Todo ha sido tan vertiginoso, fue el mismo día después de convertirse en presidente, el sábado. Y me lo planteó en los 30 primeros segundos de conversación», ha contado.
«Empiezas a darle las vueltas a las posibles consecuencias, a lo negativo que pudiera tener esto, qué va a pasar con mi familia, mis hijos, mi vida, pero pensé que si me llama el presidente de mi país y que me va a dar carta blanca en arreglar todo esto y me dice que tengo que llegar a acuerdos para que esto sea permanente, no puedo decir que no».