El Museo del Jamón presenta nueva carta: una oda al cerdo ibérico basada en el tapeo castizo auténtico
El Museo del Jamón busca ofrecer una experiencia 360 única a sus clientes
La nueva carta del Museo del Jamón homenajea al cerdo en toda su dimensión
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Bajo el lema «Restauramos», el Museo del Jamón da un paso más en su evolución gastronómica con el lanzamiento de su nueva carta, una propuesta que rinde homenaje al cerdo y al tapeo más tradicional, con platos castizos pensados para compartir y cuidadosamente elaborados como siempre: respetando la esencia, con sencillez y autenticidad.
Todo ello llega acompañado de una nueva imagen, que realza lo mejor de la casa en sus siete establecimientos, un salto cualitativo, con el que la empresa busca ofrecer una experiencia 360 única a sus clientes, que reafirma la marca como un símbolo de la gastronomía madrileña y todo un referente del jamón. Aprovechando que se acerca la época de reuniones familiares y de amigos, quiere dar a conocer esta transformación con la que la empresa familiar sigue el camino de evolucionar sin perder su tradición.

La esencia del tapeo con un toque actual
La nueva carta del Museo del Jamón es representación viva del tradicional refranero español, que homenajea al cerdo en toda su dimensión. Una opción ideal de tapeo para todos los públicos que invita a reunirse en torno a la barra (donde han puesto especial foco, para poder ir de cañas y disfrutar de buena propuesta) o la mesa, en familia o con amigos, recordando aquello de «Quien a buen cerdo se arrima, buen jamón le cobija» o «Casa en que hay jamón, no hay discusión».
El cerdo ibérico y su jamón son el hilo conductor de una selección que combina clásicos de barra con nuevas elaboraciones. Entre los imprescindibles destacan tradicionales elaboraciones propias de la comida castiza como las croquetas de jamón y las nuevas de rabo de toro, los huevos rotos con patatas y jamón, sus torreznos crujientes, a los que se suman por primera vez los boquerones rociados con aceite de ajo, anchoas del Cantábrico, así como raciones de calamares y bravas con espectacular salsa casera.

Platos a los que se suman propuestas más actuales como las costillas confitadas a baja temperatura con salsa de frutos secos, el secreto ibérico con chimichurri, las alcachofas con Jamón Ibérico o los ricos champiñones con jamón, que la casa presenta ahora rellenos con una deliciosa duxelle a la que se agrega picadillo de jamón ibérico.
En cuanto a los postres, el Museo del Jamón no ha querido pasarlos por alto y ha incorporado como novedad una rica tarta de queso individual de elaboración casera, que se puede degustar ahora junto a los grandes clásicos preferidos por el público como el flan de huevo, el pudding o la tarta de chocolate.
Una experiencia jamonera completa
La renovación de la carta también se refleja en el cambio de imagen de sus siete establecimientos madrileños y en su labor divulgativa. El menú incluye sus recorridos jamoneros, con siete variedades diferentes para descubrir la cultura del jamón desde la Jamonería (su mítica charcutería) hasta la mesa. Cortado en el momento y servido didácticamente, de tal manera que cualquier paladar curioso, pueda salir de sus salas con una completa idea de cómo se degusta el producto, qué hay que tener en cuenta para seleccionarlo y todo lo que ofrece a los sentidos. Así, en el Museo del Jamón se puede degustar la mayor carta jamonera del mundo.
Esta nueva selección de platos, cuidadosamente presentados y elaborados como toda la vida, con sencillez y buscando la autenticidad de nuestra tradición culinaria sin florituras, además de potenciar una buena reunión entre amigos y familia, consigue que sus salas sigan siendo el mejor lugar para que el visitante y el madrileño re descubran todo lo que hay detrás del producto español.
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