Discursos de los galardonados con el Premio Princesa de Asturias 2018

Princesa
Premios Princesa de Asturias (EFE).

La reportera mexicana Alma Guillermoprieto, ganadora del Premio Princesa de Asturias de Comunicación, ha advertido hoy de que, sin un periodismo «poderoso», «bien financiado» y respetado por los gobiernos, «el mundo moderno, el mundo entrelazado, sería imposible» pese a tratarse de un oficio en el que «cuesta trabajo no solo vivir, sino sobrevivir».

«¿Cómo se enterarían ustedes de éstos y todos los demás hechos y retos que ocurren fuera de su entorno inmediato sin nosotros, los reporteros?», ha planteado Guillermoprieto a las 1.300 personas que llenaban el Teatro Campoamor de Oviedo durante la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2018.

Para la mujer que narró desde las páginas de The Guardian la revolución sandinista, sin los medios el mundo viviría en una especie de siglo XI, «aislado cada quién en su villorrio o su castillo, igual de ignorantes los dos, convencidos de que son tan reales las sirenas como los rinocerontes».

«Esto me parece una gran cosa, porque yo soy de las que cree en las matemáticas: en estos tiempos de división, juntos somos más», ha apuntado durante una intervención en la que ha tenido también un recuerdo para los 45 reporteros asesinados en el mundo este año «porque a alguien no le gustó lo que dijeron de él».

Así, ha recordado emocionada el asesinato hace año y medio de su «incaludicable» amigo Javier Valdez en la ciudad de Culiacán, cuna del narcotráfico de México, del que se enteró tras recibir en Madrid el premio Ortega y Gasset y que le hizo sentir «como si apagaran la luz del mundo» dado que esos asesinatos, «siempre impunes», no matan sólo a la víctima «sino a todos los que lo rodean».

«Matan a uno para intimidar a todos. Sin embargo, estoy aquí para decir que donde matan a uno, a la larga suelen surgir dos, o por lo menos otro», ha subrayado antes de emplazar a las nuevas generaciones de periodistas -«háganle, denle nomás»- a incorporarse a un oficio donde el peligro es mucho y se gana poco, pero en el que también se cuenta la historia del mundo «todos los días».

Ciencias Sociales

El filósofo Michael J. Sandel considera que los ciudadanos, al margen de sus antecedentes o circunstancias sociales, deben hacer «preguntas difíciles sobre cómo convivir» en un momento en el que «la democracia se enfrenta a tiempos oscuros» ya que es la mayor esperanza para poder arreglar el mundo.

Ese compromiso con el «proyecto de Sócrates» ha podido compartirlo con gente que incluso vive «en medio de la pobreza y la violencia», según ha recordado hoy durante la ceremonia de entrega de los premios Princesa de Asturias que se ha celebrado hoy en Oviedo con la presencia de los reyes Felipe y Letizia.

Este mediático y popular pensador estadounidense ha sido reconocido con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales por ser uno de «los más relevante intelectuales contemporáneos» y su defensa de una justicia orientada al bien común.

Tras confesar que fue durante una estancia en España cuando se dejó seducir por la filosofía -«aún no me he recuperado», dice-, Sandel ha afirmado que siempre ha querido conectar esta disciplina con el mundo y que, precisamente, no fue su abstracción sino su «carácter ineludible» y la luz que arroja sobre la vida cotidiana lo que más le atrajo de esta disciplina, que siempre ha tratado de conectar con el mundo.

Concordia

La oceanógrafa Sylvia A. Earle (Gibbstown, Nueva Jersey, EE.UU., 30 de agosto de 1935) ha insistido este viernes en la importancia que tiene el océano en muchos aspectos de la vida, al ser «motor» del clima, generador de oxígeno y hogar de la mayor parte de la vida en la tierra. «Un océano con problemas significa que nosotros tenemos problemas», ha advertido.

Ha explicado que actualmente y por primera vez en la historia, los hombres pueden observar, calcular, medir y comprobar no sólo el daño que están realizando a la Tierra, sino también lo que se puede hacer «para curar el daño y hacer las paces con la naturaleza». Esa, ha dicho, es la clave fundamental para que la humanidad haga también la paz consigo misma.

Artes

El cineasta estadounidense, Martin Scorsese, ha llamado hoy a preservar el arte «en un lugar de honor y estima» dentro de la cultura tras mostrar su preocupación por el cine y su futuro ante el clima de «menosprecio» que le rodea y por una tecnología que acaba utilizando al artista.

En su discurso en la entrega de los Premios Princesa de Asturias, Scorsese ha aceptado el galardón en nombre «de la libertad de encontrar la tranquilidad y el enfoque para no dejarse llevar por todas esas categorías absurdas actuales o por los juicios triviales, los sistemas de calificación y los pronunciamientos de moda».

Esa libertad de creación, ha subrayado, permite llegar a ver «todo el camino que conduce a la revelación de lo que no se puede nombrar, sino solo sentir y -para aquellos de nosotros que encontramos la gracia- expresar a través del arte».

Sin sus tradicionales gafas de pasta, el premio Princesa de Asturias de las Artes ha agradecido un galardón de la tierra de Cervantes, Goya, Unamuno, Picasso, Lorca y Luis Buñuel, «uno de los más grandes artistas de la historia del cine».

El cineasta ha recordado que, pese a que tras cuarenta años de carrera sigue sin sentirse «un profesional», en sus inicios no tenía mucho que ver con el «negocio» del cine, al que quería acceder «casi únicamente para obtener el dinero para hacer las películas».

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