Vasculitis: ¿qué son y cuáles son más comunes?
Fact checked
Este artículo de OkSalud ha sido verificado para garantizar la mayor precisión y veracidad posible: se incluyen, en su mayoría, estudios médicos, enlaces a medios acreditados en la temática y se menciona a instituciones académicas de investigación. Todo el contenido de OkSalud está revisado pero, si consideras que es dudoso, inexacto u obsoleto, puedes contactarnos para poder realizar las posibles modificaciones pertinentes.
Si habitualmente sufres de cansancio, fiebre, náuseas o una acusada pérdida de peso que parece no tener razón, puede ser que tu cuerpo te esté avisando de que sufras alguna de las enfermedades que se engloban dentro de la vasculitis, habitualmente causadas por la inflamación de los vasos sanguíneos.
Si es el caso y quieres aprender más sobre este grupo de dolencias, sigue leyendo para decidir si deberías pedir una consulta con tu médico para que pueda diagnosticar el problema cuanto antes si es el caso.
Las anomalías que se engloban dentro de este grupo de enfermedades suelen causar la pérdida de flujo sanguíneo en las extremidades o los órganos, incluyendo órganos esenciales como el corazón, los riñones y el cerebro, es por eso que es tan importante tratarlas cuanto antes porque de lo contrario, las consecuencias pueden ser fatales.
Al existir distintos tipos de vasculitis, su gravedad y manifestaciones pueden variar y, además de manifestar los síntomas mencionados, los pacientes pueden sufrir signos concretos, que posteriormente se usan para identificar y detectar nuevos casos especiales.
¿Qué tipos de vasculitis existen?
Entre ellos, la Sociedad Española de Reumatología tiene identificados 11 tipos distintos: la Poliarteritis nudosa (PAN), la Poliarteritis microscópica (PAM), la Vasculitis granulomatosa y alérgica de ChurgStrauss, la causada por hipersensibilidad (que es la más común), la Granulomatosis de Wegener, la Vasculitis primaria del sistema nervioso central, la Arteritis de células gigantes, Arteritis de Takayasu, la y las enfermedades de Buerger, de Behçet y la de Kawasaki.
El desarrollo de cada una se ve dado dependiendo de dónde se sitúan los vasos afectados, su dimensión y los distintos hallazgos histológicos objetivados en la biopsia, que consiste en la extracción y el examen microscópico de una muestra de tejido.
¿Qué tratamiento se emplea para la vasculitis?
Para hacer el correcto diagnóstico se recurre a distintos tipos de pruebas, incluyendo radiografías, análisis de sangre o de orina e incluso angiografías, unos análisis de los vasos sanguíneos que consisten en administrar un contraste que luego pude visualizarse mediante técnicas radiológicas; y, aunque no siempre se realiza el mismo tratamiento pues como hemos explicado, hay una gran variedad de tipos de vasculitis sí has unos tratamientos concretos que son los que se realizan más frecuentemente.
Entre estos encontramos los tratamientos a partir de corticoesteroides, antiinflamatorios no esteroideos, fármacos citotóxicos como la ciclofosfamida e incluso de inmunosupresores como la azatioprina, el micofenolato mofetil y la ciclosporina.
Aunque a veces también se recurre a practicas cirugías, en general los tratamientos mediante medicación suelen funcionar, aunque es importante que los pacientes comuniquen al especialista la toma de estos fármacos ya algunos podrían tener efectos secundarios provocados por la misma enfermedad.
¿A quiénes afecta?
Lo más curioso, es que no se trata de una enfermedad selectiva con un tipo concreto de pacientes, sino que la vasculitis se puede manifestar en personas de todas las edades. Aun así, sí hay un grupo de riesgo que es más propenso para cada una de las tipologías, afectando por ejemplo, la enfermedad de Kawasaki en general a niños y adolescentes o siendo la enfermedad de Behçet y la arteritis de Takayasu más común en pacientes de entre 20 y 30 años.
A partir de estas edades, cuando el adulto es de mediana edad, no hay un tipo concreto que afecte más frecuentemente, pero sí lo hay en pacientes de edad avanzada, y esa es la arteritis de células gigantes, pues incide sobre todo en individuos mayores de 50 años y su máxima presencia se encuentra a partir de los 80 años.
Mientras que en las mujeres las más comunes son la vasculitis por hipersensibilidad, la arteritis de células gigantes y la arteritis de Takayasu, en los varones las más habituales son la PAN, la PAM, la enfermedad de Buerger, la vasculitis granulomatosa y alérgica de Churg-Strauss, la vasculitis primaria del sistema nervioso central y la enfermedad de Behçet. Afectando en ambos casos por igual la enfermedad de Wegener y la enfermedad de Kawasaki.
Dependiendo de la complejidad de la propia enfermedad, cada paciente la vive de forma distinta, tanto el hecho de padecerla como las reacciones a los efectos secundarios que pueden tener los medicamentos. Aun así con un tratamiento indicado, se suele poder mejorar en gran medida la calidad de vida del paciente y sus posibilidades de sobrevivir, pues aunque sí se trata de enfermedades muy agresivas que afectan a órganos importantes, si se hace un correcto seguimiento y un diagnóstico precoz, suelen poder tratarse sin problemas (también teniendo en cuenta que el paciente no presente características concretas que dificulten el proceso).
Es por ello que es tan importante empezar a informarse en cuanto tenemos alguna sospecha de sufrir esta clase de condición y ante la duda, contactar con un médico que nos pueda hacer tanto el seguimiento como el consecuente diagnóstico, pues si no se corrige de forma inmediata cualquier afectación producida por la granulomatosis de Wegener, por ejemplo, esta puede dar lugar a lesiones residuales que comprometan tanto la función respiratoria como la renal pudiendo tener esto consecuencias muy graves.
Temas:
- Enfermedades