La toxina botulínica puede utilizarse para luchar contra el bruxismo
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Para los que sufren este problema, hay diversos tratamientos que pueden mitigarlo. Mientras que también podemos ir al dentista para establecer un diagnóstico a medida. Sea como sea, los expertos anuncian que la toxina botulínica puede utilizarse para luchar contra el bruxismo.
Se busca disminuir los síntomas de este trastorno, como las cefaleas o el dolor de oído, cuello o mandíbula.
La medicina estética para luchar contra el bruxismo
Sabemos que el bruxismo es un hábito mediante el que se rechinan o aprietan los dientes debido a un exceso de actividad de los músculos encargados de masticar, produciéndose durante el día o al dormir haciendo que se padezcan, en consecuencia, otros trastornos derivados como apnea del sueño.
La patología afecta hasta al 70% de la población española. Pero hay tratamientos de medicina estética contra el bruxismo en los que se aplica toxina botulínica en el músculo masetero.
La Dra. Cristina Chacón, experta en medicina estética y CEO del centro CCH Privé de Madrid, comenta que hablamos de una anomalía destructiva para las piezas dentales que, además del habitual rechinar de dientes, conlleva dolor orofacial, dolores articulares de la articulación temporo-mandibular, retracción e inflamación de encías, cefaleas o alteraciones de sueño.
En estadios más avanzados, este trastorno puede llegar a modificar la fisionomía facial, produciendo una deformación por hipertrofia o crecimiento del músculo masetero que provoca, en consecuencia, un ensanchamiento de la cara que hará que se modifique el óvalo facial.
Es por esto que la toxina botulínica es una de las vías para tratar esta patología, al actuar sobre la contracción del músculo masetero, encargado de la masticación y así relajar la musculatura mandibular.
Además, la duración aproximada de los resultados de este tratamiento oscila entre los 4 y 6 meses, periodo en el cual volverá a recuperar fuerza el músculo, por lo que el procedimiento deberá repetirse tras estos meses.
Mientras que destaca que es un procedimiento mínimamente invasivo e indoloro, ya que no requiere anestesia ni tiempo de recuperación, y se lleva a cabo en una sesión de, aproximadamente, 10 minutos.
La experta también da a conocer que hay determinados hábitos para prevenir o frenar este problema. mientras que es factible usar una férula de descarga, una placa removible que ayudará a mantener la mandíbula relajada por las noches y entonces hacer que los músculos se relajen y no presionan tan fuerte.
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