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La razón por la que los ultraprocesados nos generan adicción

La razón por la que los ultraprocesados nos generan adicción
patatas bravas

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Los productos comestibles industriales, elaborados con sustancias derivadas de alimentos, son uno de los peores enemigos de la salud. Los nutricionistas insisten en la necesidad de reducir o eliminar su ingesta, pero a la mayoría de los consumidores se les hace muy difícil poder reducirlos. ¿Cuál es la razón por la que los ultraprocesados nos generan adicción?

¿Ee qué forma actúan una vez que entran en nuestro cuerpo? ¡Las respuestas te sorprenderán!

¿Por qué los ultraprocesados nos generan adicción?

En principio, porque poseen listas interminables de ingredientes entre las que destacan materias primas refinadas como la sal, las grasas y los azúcares. Normalmente, complementados con emulsiones, colorantes, edulcorantes. Y requieren de potenciadores del sabor para que su gusto no resulte raro.

En la actualidad, se calcula que al menos un 14% de los mayores y un 12% de los menores son adictos a los ultraprocesados de algún modo.

Eso es lo que asegura un informe publicado en The British Medical Journal y citado por Infosalus, en el que se evidencia la preocupación de la comunidad por esta adicción «sin precedentes» en los pequeños. Al parecer, el nivel de dependencia de los niños con respecto a los ultraprocesados es más alto que nunca.

El estudio, en el que han participado investigadores del CIBEROBN IDIBELL y del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB), junto con prestigiosos profesionales como la doctora Susana Jiménez-Murcia y el doctor Fernando Fernández-Aranda, recoge todos los datos hasta la fecha y presenta esta información como un análisis de la composición y de la presentación de los ultraprocesados. Son las claves con las que activan nuestras «recompensas» cerebrales.

Fernández-Aranda afirma que estas pruebas dejan claro que los menores mantienen un vínculo descontrolado e inadecuado con la comida y los alimentos. Como todos estos productos han pasado por un proceso de industrialización que tiene como principal objetivo generar esa adicción, les es complicado decir adiós a la bollería, las galletas, a las patatas chips, etc. Hasta los frutos secos procesados con miel y edulcorante son perjudiciales, aunque no lo parezca.

Características de los ultraprocesados

El médico argumenta que todos estos productos «suelen ser ricos en refinados y grasas, dos componentes que inducen la misma activación de los circuitos neuronales de recompensa, con la liberación de dopamina en el cerebro, que la nicotina o el etanol». En otras palabras, la adicción a los ultraprocesados tiene ciertas cosas en común con la adicción al tabaco o al alcohol. Al menos, los circuitos de recompensa que se activan trabajan de manera similar en ambos casos.

«Esto hace que la adicción a ellos siga los mismos mecanismos fisiológicos de adicción que el alcohol o el tabaco, y puede asociarse con comportamientos compulsivos, con una calidad de vida más baja, o con una salud mental y física deficiente», advierte uno de los autores de esta completísima investigación.

Por supuesto, este efecto no es exclusivo de los niños. Los adultos responden prácticamente igual que los pequeños, que no pueden resistirse a estos estímulos artificiales de refuerzo y de gratificación, y acaban comiendo más ultraprocesados por los trucos de la industria para estimular el apetito por los productos.

Un tema sensible

Por su relativo bajo precio en comparación con alimentos más naturales y saludables, los ultraprocesados muchas veces son la única alternativa por la que puede optar una familia de bajos recursos. Eso hace que éste sea un tema sensible que no pueda abordarse con facilidad. Hace falta que todos los actores asuman su responsabilidad. Al contrario que pasa con el tabaco y el alcohol, al ser la comida imprescindible, la exposición a este tipo de productos es inevitable.

Por otro lado, esa gratificación inmediata causa «un círculo vicioso». Eso explica por qué la obesidad y el sobrepeso inciden más en las clases sociales menos favorecidas. Una alimentación sana es más cara, y el precio de los alimentos es uno de los que más influye en el coste de vida de los españoles hace años.

¿Cómo reducir el consumo de ultraprocesados?

Controlar la ingesta de estos productos no es fácil. El bombardeo publicitario y su precio bajo hacen de estos productos unos muy tentadores para el público. Los expertos afirman que lo ideal sería un nuevo etiquetado donde se avise de su capacidad de generar aducción. En paralelo, deberían ser más accesibles aquellos alimentos frescos o de temporada. No descarta la incorporación de tasas ni limitaciones de marketing especiales para los productos industriales.

«Hay aspectos relacionados con la concienciación, con la diseminación de esta información, de psicoeducación ante determinados tipos de edades, sobre todo en niños y en adolescentes, sobre el impacto del consumo de ultraprocesados en su salud que convendría poner en marcha», manifestó Fernández-Aranda.

Finalmente, el médico cree que valdría la pena poner en marcha una serie de guías clínicas para la prevención y el tratamiento frente a la adicción.

Veremos qué pasa en el futuro, pero ser conscientes del potencial adictivo de estos productos es un primer paso muy importante.

 

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