Subida confirmada de las pensiones: el IMSERSO confirma lo que llega y te interesa
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Las pensiones no contributivas son aquellas que permiten tener acceso a una pensión a a quienes, por distintos motivos, no pudieron cotizar lo suficiente durante su vida laboral. Y aunque no hablamos de grandes cifras, muchas de estas personas dependen por completo de esta prestación, de modo que si se producen novedades en torno a la cuantía a cobrar es importante saber qué llega y qué es lo que ha confirmado el IMSERSO.
El organismo que suele asociarse con los populares viajes para mayores, también gestiona estas pensiones. Y lo que acaba de anunciar tiene impacto directo en el bolsillo de quienes las reciben. A partir de este año, las pensiones no contributivas vuelven a subir, en línea con una reforma progresiva que tiene como meta acercarlas, al 75% del umbral de la pobreza en un hogar unipersonal. ¿En qué se traduce esto? En cifras concretas que ya empiezan a notarse y que continuarán mejorando durante los próximos años. Si tú, o alguien cercano a ti, cobra una pensión no contributiva de jubilación, esto te interesa: no es sólo una subida más, sino un cambio de enfoque que busca reconocer un derecho básico a vivir con un mínimo de estabilidad económica.
El IMSERSO confirma la subida de las pensiones
Las pensiones no contributivas están dirigidas a quienes no han podido cotizar lo suficiente como para acceder a una pensión contributiva. Hablamos, en términos generales, de personas que no alcanzaron los 15 años mínimos de cotización, o que no lo hicieron en el periodo exigido justo antes de la jubilación. Son prestaciones pensadas para proteger a los más vulnerables: personas mayores con trayectorias laborales interrumpidas, trabajos informales o situaciones de exclusión.
Aunque las cuantías son más bajas que las de una pensión contributiva, su función es vital. Se trata, muchas veces, del único ingreso estable con el que cuentan quienes las reciben. Y a diferencia de otras ayudas puntuales, esta pensión tiene carácter periódico y se percibe de forma continuada, como cualquier otra pensión pública.
Gestionadas por el IMSERSO, estas pensiones se revalorizan cada año, pero desde 2023 están sujetas a un nuevo marco legal que implica subidas específicas durante varios ejercicios consecutivos. El objetivo no es otro que acercar la prestación a unos niveles que permitan vivir con algo más de tranquilidad.
Cuánto cobrarás si estás en este grupo
La buena noticia para este año es que ya se ha aplicado un incremento significativo. En 2025, la pensión no contributiva de jubilación pasa a 564,70 euros mensuales, lo que supone un ingreso anual de 7.905,80 euros. Esta subida se enmarca dentro del calendario de mejora aprobado por el Gobierno a través del Real Decreto-ley 2/2023, y responde al compromiso de reducir la brecha económica respecto al umbral de la pobreza.
Pero además, si en una misma unidad de convivencia conviven varios beneficiarios de esta pensión, las cuantías varían. Por ejemplo, si son dos personas, cada una recibirá 480 euros mensuales (6.719,93 euros anuales). Si hay tres o más beneficiarios en el mismo hogar, el importe será de 451,76 euros al mes para cada uno (6.324,64 euros al año).
Se trata de una mejora importante que, aunque aún no alcanza el nivel deseado, supone un avance para muchas personas mayores o en situación de vulnerabilidad. Y lo mejor es que esto no se queda aquí: el plan sigue adelante.
Subidas confirmadas también para 2026 y 2027
El proceso de equiparación con el 75% del umbral de la pobreza no se detiene en 2025. Está previsto que las pensiones no contributivas sigan subiendo en los próximos dos años. En 2026, la subida deberá ser suficiente para reducir en un 50% la brecha entre la cuantía actual y ese 75%. Es decir, el Estado tendrá que hacer un esfuerzo aún mayor que el de este año.
Ya en 2027, la pensión deberá alcanzar ese 75% del umbral de la pobreza para un hogar unipersonal, tal como marca la normativa actual. A partir de ese momento, la pensión se ajustará cada año en función del nuevo valor del umbral, de manera que no vuelva a quedarse atrás con el paso del tiempo. Es un mecanismo que garantiza, al menos sobre el papel, que las personas beneficiarias no se vean de nuevo en una situación de abandono económico.
Aunque todavía no se conocen las cifras exactas para esos años (ya que dependerán del valor del umbral de la pobreza actualizado), lo relevante es que la hoja de ruta está marcada y se está cumpliendo.
Sin embargo, no todos los sectores ven esta subida con el mismo entusiasmo. Mientras que muchos beneficiarios agradecen el gesto y lo ven como un paso necesario, otras voces reclaman que se llegue cuanto antes al nivel prometido, ya que las actuales cuantías siguen siendo bajas para afrontar el coste real de la vida. Y es cierto que, incluso con estos aumentos, vivir con menos de 600 euros al mes no es fácil, especialmente si se tienen gastos sanitarios, alquiler o dependencia de terceros.