Orzuelos: aprende a distinguir qué son y por qué surgen
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Los orzuelos son seguramente uno de los problemas más molestos, si bien no son graves. Soportar su presencia hasta que desaparecen es difícil, sobre todo si tenemos que realizar varias actividades, y es que todo el tiempo nos recordarán que están allí, doliendo si parpadeamos.
Ahora bien, aunque estés acostumbrado a lidiar con ellos, puede que no sepas cuál es su origen real, por qué salen los orzuelos, y qué características diferencian a esta patología ocular más frecuente.
¿Por qué surgen los orzuelos?
Es importante tener en cuenta que existen diversas causas que pueden derivar en la aparición de los orzuelos en los ojos, siendo este problema una infección de la glándula de Meibomio, localizada en el borde del párpado, casi siempre como consecuencia directa del desarrollo de una bacteria en particular, la Staphylococcus Aureus como se la denomina en el sentido más científico.
Es decir, al contrario de lo que mucha gente cree, no se trata de un grano sino de un germen interno, que está causando una infección cuyo resultado no es otro que el famoso orzuelo, con sus síntomas.
Entre esos síntomas podemos citar la hinchazón o abultamiento del párpado, un ligero color rojizo en la zona, puede que junto a una sensación de calor o quemazón, intensa en virtud de su tamaño. Más allá de eso, no es común padecerlos en ambos ojos en simultáneo, sino alternadamente.
Tipos de orzuelos según la zona
Hay que diferenciar entre los que se están en la forma externa y los que se encontramos en la zona interna.
Los primeros se deben a infecciones en el folículo piloso y, estéticamente, son similares a los granos, lo que explica esa confusión de la que hablábamos antes; mientras que los segundos se expanden dentro del párpado, y nacen producto de una inflamación de la glándula de Meibomio.
¿Cómo evitarlos?
Evitarlos no es algo que esté completamente dentro de nuestro alcance, aunque hay hábitos, que tienen que ver con los hábitos de vida, sobre las cuales sí podemos incidir, y que si bien no impedirán que tengamos orzuelos, harán que se vuelvan menos habituales.
Seguir una buena higiene ocular es básico para que no se almacene suciedad en el interior del ojo. Entonces tienes que limpiar esta zona con abundante agua y lavar bien tus manos cuando vayas a tocarte los ojos, por ejemplo si manipulas lentillas o si sueles maquillarte. Son consejos que ayudarán a prevenirlos.
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