La insatisfacción sexual produce efectos negativos para la salud mental, según un estudio
Tres expertas redactan el informe "Predictores de la satisfacción sexual durante el confinamiento por Covid-19 en España" a partir de dos investigaciones de campo
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«La importancia de sentirse sexualmente satisfecho radica, entre otros motivos, en su relación con el bienestar, con una mejor calidad de vida y salud general, tanto física como mental. Es por ello por lo que en circunstancias tan adversas como la vivida a causa de la pandemia de Covid y las restricciones de movilidad y contacto social que la población ha experimentado, esta cualidad sexual podría verse afectada, por lo que se hace necesario su abordaje desde el punto de vista de la psicología y la salud pública», según se desprende del estudio «Predictores de la satisfacción sexual durante el confinamiento por COVID-19 en España», hecho público por el Consejo General de la Psicología de España y publicado íntegramente en la revista Psicothema.
El informe, firmado por Carmen Rodríguez-Domínguez, doctora en Psicología, psicóloga sanitaria y social. Docente e investigadora en la Universidad de Huelva; Cristina Lafuente-Bacedoni, psicóloga sanitaria de la Universidad Loyola Andalucía; y María Mercedes Durán Segura, psicóloga social y docente de la Universidad de Sevilla, se redacta a partir de dos estudios complementarios en los que participó una muestra total de 347 adultos residentes en España.
La hipótesis partió con el fin de conocer el impacto que las circunstancias excepcionales por el confinamiento podrían causar en la sexualidad de las personas y, de forma concreta, en su satisfacción sexual.
Ambos estudios se desarrollaron durante la primera ola de la pandemia, concretamente en los meses de marzo y abril de 2020, cuando la población se encontraba en estricto confinamiento en sus hogares y sólo operaban los servicios esenciales en el país.
Estos dos estudios han tratado de aproximarse a la explicación de los factores que inciden en la satisfacción sexual de adultos españoles en una situación de estrictas restricciones sociales, destacando el papel de ciertos factores como la edad, la convivencia con la pareja y de ciertas actividades sexuales, tanto con uno mismo como con otras personas, de forma online y presencialmente.
Primer trabajo: sexting y pornografía
El primer estudio se centró en examinar la vinculación entre satisfacción sexual y prácticas sexuales no presenciales como el sexteo o sexting (envío y recepción de mensajes de texto o imágenes con contenido provocativo o sexual a través del teléfono móvil y de las redes sociales) y el consumo de pornografía.
Para poner a prueba las hipótesis de investigación crearon un cuestionario online que fue difundido mediante redes sociales, en el cual se incluían preguntas relacionadas con los objetivos del estudio que han sido validadas en investigaciones previas. De esta forma se consiguió la participación de 146 adultos de entre 18 y 45 años, el mismo número de hombres que de mujeres.
«Una vez recogidos y analizados los datos, los resultados permitieron concluir que la satisfacción sexual en tiempos de confinamiento dependió en gran medida de la edad de las personas, ya que los participantes más jóvenes presentaron mayor grado de satisfacción sexual en el confinamiento que los participantes de mayor edad», concluyen las autoras.
En este caso, -añaden- en el grupo de mayor edad, la satisfacción sexual ascendía si la persona presentaba un bajo consumo de pornografía. Por el contrario, la menor satisfacción sexual se relacionó con ser soltero.
Las tres especialistas sostienen que como era esperable también, se evidenció una menor participación en sexteo en el grupo que convivía con su pareja durante el confinamiento, aunque en términos generales parece que esta práctica no fue muy frecuente en los adultos evaluados.
Por el contrario, ser mujer u hombre, en contra de lo esperado, así como practicar sexteo, no influyó en la satisfacción sexual durante el confinamiento, agregan las expertas
«Este primer estudio nos proporcionó una visión general sobre la vida sexual de ciudadanos españoles en las primeras semanas de la pandemia de Covid-19, sin embargo, no informaba sobre posibles cambios debido al impacto de la situación de confinamiento con respecto a etapas previas», lamentan.
Segundo trabajo: cambios frente a pre-Covid
Por esta razón, las tres psicólogas decidieron realizar un segundo trabajo centrado en estudiar posibles cambios producidos en el plano sexual con respecto a los seis meses previos a la pandemia. Y así, la muestra, estuvo formada por 201 personas adultas de entre 18 y 45 años y el sondeo fue también llevado a cabo mediante un cuestionario online.
Los principales resultados arrojados por el estudio indicaron un descenso de los niveles de satisfacción sexual general, especialmente en quienes se encontraban separados de sus parejas durante el confinamiento, lo que pone de relieve la importancia y la necesidad de la proximidad física entre ambos miembros de la pareja para la satisfacción sexual, necesidad que el sexo online o el sexo en solitario parece no cubrir.
Además, este estudio explica que las personas que han sufrido un empeoramiento de su satisfacción sexual con respecto a los seis meses previos a la pandemia son aquellas que han practicado sexo presencial en menor medida y las que no convivían con su pareja en esos momentos.
El deterioro de la satisfacción sexual también se ha puesto de manifiesto en aquellos participantes más jóvenes que han practicado con menor frecuencia sexo presencial y en los participantes que han experimentado disminución del interés sexual al mismo tiempo que menor sexo en solitario durante el confinamiento.
La conclusión general es la siguiente: «La no satisfacción de las necesidades sexuales humanas produce efectos negativos para la salud mental y para el funcionamiento posterior».
Con todo, la autoras, ante los resultados encontrados, sostienen que estos efectos deberían ser considerados en la atención psicológica y sexual que la población pueda requerir durante la incidencia de la Covid-19 y tras alcanzar la normalidad.
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