La mayor agrupación médica acusa a Mónica García de llevarles a un grave «deterioro laboral»
El borrador presentado para un nuevo estatuto supone, para los médicos, un paso atrás respecto al vigente, que ya generaba problemas
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La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) ha cargado contra el Estatuto Marco Laboral que la ministra de Sanidad, Mónica García, les ha presentado después de un parón de ocho meses. Hace dos años que se inició el proceso de modificación de una norma «obsoleta», que regulaba a todos los trabajadores del Sistema Nacional de Salud por igual, con el objetivo de mejorar dicho sistema ante el «deterioro progresivo» por la desafección de los profesionales con unas condiciones laborales cada vez peores, y el resultado es una propuesta de norma que afecta de manera transversal a todo el colectivo empeorando aún más esas condiciones.
Así, tras la publicación del borrador la respuesta de la asociación de profesionales ha sido unánime en su rechazo, e insiste en lo que lleva reclamando desde hace años: «La única solución para que el sistema de salud retenga y fidelice a unos médicos que se sienten cada vez más maltratados por la Administración son unas condiciones laborales que se regulen de manera específica en un Estatuto de la Profesión Médica. No nos sirven, a estas alturas, leves enmiendas o generalizaciones que nos igualan con el resto de categorías profesionales sin tener en cuenta nuestras especiales condiciones de formación y trabajo», recalcan.
El borrador presentado para un nuevo estatuto supone, para los médicos, un paso atrás respecto al vigente, que ya generaba problemas y está suponiendo una pérdida importante de profesionales que deciden colgar la bata debido a las actuales condiciones de trabajo, que dificultan mucho su desarrollo laboral y personal.
El texto que ha elaborado el ministerio, tal y como está, «es un ataque directo a la profesión, ya que deja completamente desasistido al médico con las propuestas que se hacen respecto a jornada laboral, reclasificación profesional y el régimen de incompatibilidad, cuestiones que, en el caso de las dos primeras, durante el largo proceso de reuniones de trabajo para debatir y recoger aportaciones de los representantes sindicales, se han dejado de lado sin ser sometidas a ningún tipo de negociación», añaden los médicos.
Además, arremeten contra la práctica totalidad del texto presentado por la ministra de Sanidad, Mónica García, al confirmar que no sólo no se han tenido en cuenta las propuestas aportadas, sino que el borrador facilitado de la futura norma «empeora la actual sobre el tiempo de trabajo, porque no elimina la obligatoriedad de hacer guardias, y no contabilizan estas horas como tiempo trabajado para la jubilación; la retribución de las guardias sigue siendo inferior a la de la hora ordinaria; no se regulan las guardias localizadas; mantiene para los médicos una jornada obligatoria de 48 horas y plantea una jornada especial de hasta 150 horas más; no computa las horas de descanso diario semanal post-guardia y obliga a su recuperación».
Además de este agravio, señalan a García como responsable de la nueva norma que «pretende ningunear al médico», un profesional con una formación de 360 créditos y nivel MECES III y con mayor responsabilidad y cualificación en el proceso asistencial, que termina englobado en el mismo grupo profesional que otras categorías a las que se les exige una formación de 240 créditos (nivel MECES II), todo ello sin ningún aumento retributivo o aumentos que simplemente afectan al resto de graduados pero no al médico.
Por si lo anterior no fuera ya suficiente para constatar cómo se sigue minusvalorando cada vez más a una profesión ya harta, el borrador del futuro Estatuto Marco añade un sistema de incompatibilidades más rígido que el actual que, aunque se fije para cargos intermedios, «es a los médicos a quienes nos afecta casi exclusivamente». Pese a que los sindicatos presentes en el ámbito han señalado que no tolerarían un aumento de las situaciones de incompatibilidad y exigen, de hecho, que en aquellas comunidades autónomas que mantenían el complemento específico se eliminara, «el borrador del ministerio recoge esa incompatibilidad para Jefes de Servicio y Sección respecto a la sanidad privada, y también para adjuntos en los primeros 5 años de trabajo en el sistema público respecto a la actividad privada. ¿Acaso no resulta evidente la pérdida inevitable de talento y experiencia que esto supondrá para el sistema público?», afirman.
Con esta argumentación, precisan los médicos, «no resulta difícil entender que la profesión entera, desde los estudiantes de Medicina hasta el más experimentado Jefe de Servicio de hospital, pasando por el residente de primer año, han recibido este texto con la indignación que supone ver plasmado negro sobre blanco lo poco que te cuida el sistema sanitario y el desprecio hacia el esfuerzo que ha supuesto llegar hasta ahí, un desprecio que decepciona aún más si cabe al proceder de un ministerio que dirige una persona que conoce sobradamente la profesión».
Agrupación contra el Estatuto de Sanidad
Esta agrupación contra el Estatuto Marco engloba a los Sindicatos Médicos de 14 comunidades autónomas más los territorios dependientes de INGESA, junto al Sindicato Médico Andaluz (SMA), Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS), Metges de Catalunya, Sindicato Médico de Euskadi (SME), Sindicato O’Mega de Galicia, Asociación MIR España, Asociación de Médicos Unidos por sus Derechos (MUD Médicos), Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), el Foro de la Profesión Médica y otras agrupaciones y sociedades médicas que defienden los derechos del personal facultativo en el estado español «queremos mostrar nuestro absoluto rechazo al documento que el Ministerio de Sanidad pretende aprobar como el nuevo Estatuto Marco», difundido una semana antes de la última reunión entre representantes ministeriales y sindicatos y que ha sido el detonante de una indignación unánime dentro del colectivo médico.
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