El dolor desaparece por completo en el 50% de los casos tras la embolización de las varices pélvicas
No todos los expertos se muestran de acuerdo en que estas venas pélvicas y ováricas dilatadas contribuyen al dolor pélvico crónico
Se dan fundamentalmente en mujeres de entre 30 y 50 años y en aquellas que han tenido varios embarazos
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Dolor pélvico en la parte inferior del abdomen que empeora al estar de pie durante períodos prolongados; dolor durante la menstruación o en las relaciones sexuales; dolor de espalda o dolor o pesadez en las piernas. Estos son los síntomas de estar sufriendo varices pélvicas. Así, el síndrome de congestión pélvica (SCP) es una afección crónica en las mujeres que causa un dolor persistente en el área pélvica. Las varices pélvicas son dilataciones de la red venosa del área pélvica, en la zona del útero.
Se cree, aunque no todos los expertos se muestran de acuerdo en esto, que estas venas pélvicas y ováricas dilatadas contribuyen al dolor pélvico crónico en algunas mujeres, fundamentalmente entre 30 y 50 años, en aquellas que han tenido varios embarazos, o quienes sufren alteraciones hormonales, además de por predisposición genética o si existen antecedentes de familiares con problemas venosos. Estas varices producen un aumento de presión y pueden acabar generando otras en zonas inferiores, por ejemplo en la zona genital y las piernas.
Cuando existen varices en la pelvis y aparecen síntomas asociados hablamos de un SCP. «Se trata de un problema común pero de difícil diagnóstico ya que no se detecta con los protocolos actuales que se realizan cuando mujer acude a consulta con dolor abdominal crónico», según constata el Servicio de Cirugía Vascular y la Unidad de Radiología Intervencionista de la Clínica Universidad de Navarra (CUN), a cuyo frente se encuentra el Dr. José Ignacio Leal Lorenzo, especialista en Angiología y Cirugía Vascular, que constata que el síntoma más frecuente de las varices pélvicas es la sensación de pesadez y dolor en la zona abdominal o en las piernas.
«Es un dolor que recuerda al dolor menstrual pero que aparece fuera del ciclo y provoca un dolor abdominal crónico, que aumenta al estar de pie. En algunos casos se produce también dolor en las piernas en los días previos a la menstruación o la ovulación o dolor al mantener relaciones sexuales (dispareunia)», sostiene la CUN.
Vasculares, ginecólogos y radiólogos
Normalmente el tratamiento de las varices pélvicas para por manos de cirujanos vasculares, ginecólogos y radiólogos intervencionistas y para su diagnóstico es necesario realizar una eco-doppler abdominal o transvaginal, un angio-TAC o una resonancia magnética. Y el diagnóstico definitivo se obtiene con la realización de una flebografía pélvica. Para ello, explica la CUN, «se introduce un pequeño catéter con el que se consigue llegar a la zona de la pélvicas y mediante la inyección de contraste se examina directamente la zona afectada». «En el mismo procedimiento se puede realizar el tratamiento directamente, lo que conlleva una gran ventaja para la paciente», destaca.
En general, la embolización de las varices pélvicas es el tratamiento de elección. «El objetivo es cerrar el flujo de sangre venosa que llega a estas varices dilatadas y se redirige a venas sanas. Es un procedimiento que puede realizarse de forma ambulatoria, dura una hora aproximadamente y en el cual se utilizan agentes embolizantes líquidos, muy eficaces al conseguir cerrar toda la red venosa afectada, independientemente de su tamaño, en una única sesión», sostiene la CUN.
Se trata de una técnica con una gran tasa de éxito, en el 90% de los casos el dolor disminuye considerablemente y en casi el 50% el dolor desaparece por completo. Además, es una técnica que se puede repetir sin problema, si la mujer vuelve a quedarse embarazada y reaparecieran las varices pélvicas, destaca el equipo del doctor Leal.
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