Daños a la naturaleza y gestión ambiental

Gestión ambiental y desarrollo sustentable son dos conceptos en tendencia y que, además, van de la mano. Su popularidad responde a razones no siempre acertadas. Los daños que la acción de los seres humanos ha producido en la naturaleza son evidentes, muchas especies de los reinos animal y vegetal amenazadas y desaparecidas. Al igual que un porcentaje muy alto de los ecosistemas terrestres y marinos contaminados y destruidos. La misma supervivencia de la especie humana parece estar seriamente comprometida.

Ante este panorama desalentador, desde diversos sectores, estados y gobiernos, empresas privadas, etc., se han impulsado medidas que buscan revertir la situación. Hay quienes aseguran que las disposiciones adoptadas son insuficientes y además llegan muy tarde. Otros afirman que, si bien todavía falta mucho por hacer, cada paso, por muy pequeño que sea, puede marcar diferencias.

Cambio climático

En medio de todas las controversias ambientalistas y con el calentamiento global como telón de fondo, algunos se preguntan cuál es el verdadero ‘poder’ que tendría la humanidad para influir en la naturaleza. Es decir, más allá de la destrucción de bosques o la contaminación de las aguas, ¿es el ser humano responsable del cambio climático?

Para la mayoría no quedan dudas. La emisión de gases tóxicos, menos árboles y efecto invernadero son solo algunos de los ingredientes de este cóctel. Pero no todos están de acuerdo.

Diversos investigadores sostienen que el aumento en las temperaturas es un fenómeno completamente natural, ajeno al control humano. Abundan las teorías que buscan sustentar estos planteamientos. Una de ellos es la del Ciclo de Milankovitch. Según este postulado, las variaciones (aumentos o descensos) han sido siempre las mismas durante los últimos 420.000 años.

Micro gestión ambiental

Más allá de los debates macro y sin que exista manera de ocultar o justificar los daños a la naturaleza, gestión ambiental y desarrollo sustentable son ideas que se pueden manejar en el día a día. A nivel comunitario, desde los entes del gobierno y por parte de empresas públicas y privadas.

Siguiendo líneas de acción que parten desde políticas medioambientales de enfoque local, regional o nacional. Hasta el reordenamiento territorial y la educación ambiental, el objetivo superior es reducir al máximo el impacto negativo que tiene la actividad humana en la naturaleza.

Algunas medidas puntuales, aparentemente insignificantes pero que al masificarse ofrecen resultados destacables son: sustituir bombillas incandescentes por modelos de bajo consumo. Igual que estandarizar el manejo de los desechos sólidos en base a los procesos de reciclaje; separar los residuos orgánicos de los inorgánicos es el primer paso en esta dirección.

Detalles que cuentan

No hay excusas. Cada persona puede adoptar sus propias normas de gestión ambiental. Depositar los desperdicios en los lugares destinados para ello es un buen ejemplo.