Así es el día a día en una Unidad de Diálisis
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El 10% de la población mundial sufre de alguna enfermedad renal crónica, pero no suelen darse cuenta hasta que el problema ya se encuentra bastante avanzado y los únicos caminos que les quedan por transitar es la diálisis o un trasplante de riñón. Ante esta realidad, cada segundo jueves de marzo, desde el año 2006, se celebra el Día Mundial del Riñón, una efeméride instaurada por la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN) y la Federación Internacional de Fundaciones Renales (IFKF), a las que se suman otro conjunto de organizaciones de la salud y especialistas en el área de diálisis y otros tratamientos para los riñones.
Las instituciones españolas se suman a la conmemoración del Día Mundial del Riñón para concienciar sobre la creciente prevalencia de la enfermedad renal y la necesidad de diseñar estrategias en cada país para su prevención y tratamiento. Concretamente, la Sociedad Española de Nefrología (SEN) realiza un informe sobre la Enfermedad Renal Crónica (ERC) en España.
La ERC, según Alcer, es una lesión del riñón, inicialmente silente, que se caracteriza por una disminución del filtrado glomerular (FG) y/o por albuminuria. Se calcula que puede afectar a más de un 10% de la población y su prevalencia aumenta en pacientes con hipertensión (HTA), diabetes mellitus (DM), obesos y con otras circunstancias, incluida la edad.
Una vez instaurada la ERC puede progresar con mayor o menor velocidad a una situación de ERC avanzada (ERCA) donde se hace necesaria la sustitución de la función renal, bien por procedimientos de diálisis o bien mediante el trasplante renal.
Los pacientes con ERC tienen una morbilidad y mortalidad vascular mucho más elevada que la de la población que no sufre este síndrome y su diagnóstico precoz y el control de los factores predisponentes, enlentece esta progresión y puede evitar la ERCA. El coste del tratamiento renal sustitutivo se estima en un 3% de todo el presupuesto en Salud y supone un gasto económico no inferior a los 35.000 euros por paciente y año para el sistema sanitario.
El necesario abordaje integral
La ERC es un grave problema de Salud Pública que requiere una respuesta global de la Sociedad y una aproximación multidisciplinar de los implicados en el mismo. Entre ellos se cuentan, los nefrólogos, los médicos de otras especialidades, las enfermeras, las personas que conocen el problema desde el prisma de la administración pública, los medios de comunicación, las asociaciones de pacientes, los economistas de la salud y los expertos en bioética. «La Fundación de Ciencias de la Salud ha reunido a un grupo de expertos en todos estos temas para discutir una serie de preguntas formuladas sobre la ERC y su situación y futuro en España», recalca Alcer.
«Las Administraciones tienen un papel clave para mejorar la atención de las personas con enfermedad renal y para ello es necesario que trabajen conjuntamente con todos los agentes implicados: profesionales sanitarios, proveedores y asociaciones de personas enfermas. En España, el acceso a la diálisis y el trasplante renal es universal siempre que las condiciones clínicas lo permitan, pero es necesario avanzar en otros aspectos relacionados con la enfermedad renal y su epidemiología», concreta la Dra. María Auxiliadora Bajo Rubio, médico especialista en Nefrología, actual jefa del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de la Princesa, donde OKSALUD se traslada en el Día Mundial del Riñón para conocer el día a día del servicio.
En este sentido, la doctora Bajo Rubio constata que el número de personas en TRS ha aumentado en los últimos años. «Tenemos que trabajar para evitar que esto continúe creciendo. Hay que mejorar el conocimiento y la investigación en la prevención primaria y secundaria, así como en la detección precoz de la enfermedad renal crónica. Las administraciones tienen una importante tarea que realizar en este sentido», asevera.
En el Servicio de Nefrología de La Princesa, liderado por la doctora Bajo Rubio, trabajan más de 60 personas en la atención de personas con enfermedad renal. Ello incluye nefrólogos, médicos internos residentes, profesionales de enfermería y personal de apoyo.
Todos coinciden en que es necesario que desde las administraciones públicas se favorezca un abordaje integral del TRS «buscando la equidad en la atención en los distintos territorios, promocionando el autocuidado y el empoderamiento de los pacientes y asegurando que se implementan las medidas necesarias para el diagnóstico y el tratamiento precoz de la enfermedad renal».
A cualquier edad y de cualquier condición
La persona con enfermedad renal, detalla la experta, puede ser de cualquier edad y condición, pero la enfermedad es más frecuente a medida que avanza la vida. El perfil más característico es el de una persona de edad avanzada con aumento de la presión arterial y/o diabetes. Es más frecuente en varones y, en un porcentaje muy elevado de casos, se asocia con la presencia de enfermedades cardiovasculares.
La enfermedad renal crónica suele ser asintomática y las personas que la padecen apenas lo notan hasta etapas muy avanzadas. «Por ello pueden realizar una vida prácticamente normal siempre que mantengan una capacidad física aceptable y no presentan otras enfermedades añadidas. Es imprescindible que realicen exámenes de salud periódicos y sigan las recomendaciones de su nefrólogo para evitar o retrasar la necesidad de TRS», explica la doctora sobre la vida de un paciente con ERC.
Por su parte, añade, la persona que inicia un TRS tiene mayores limitaciones pues depende de ese tratamiento para vivir. El tratamiento con diálisis conlleva más limitaciones por su dependencia, siendo el trasplante renal la mejor alternativa y la que alcanza mayor supervivencia. «Sin embargo, la enfermedad renal crónica acompaña a la persona que la padece el resto de su vida y debe tener un seguimiento clínico continuado por un nefrólogo», recomienda.
Sólo un 15-20% del total de las personas en TRS pueden ser candidatos a un trasplante. ¿Cuál es la realidad para el resto? A esto, responde la doctora bajo de la siguiente forma: «Las personas que no son candidatas a un trasplante de riñón o aquellas que están en lista de espera para recibirlo necesitan la diálisis para poder vivir. Estos tratamientos han mejorado mucho en los últimos años y cada vez son más seguros y mejor tolerados. En nuestro país, la mayoría de las personas que necesitan diálisis acuden a un centro especializado a realizar hemodiálisis tres veces por semana. Sin embargo, existe también la posibilidad de hacer la diálisis en casa».
En este punto concreta que existen dos modalidades de diálisis domiciliaria: la diálisis peritoneal y la hemodiálisis. «Los avances tecnológicos y la telemedicina han facilitado que estas opciones sean una realidad para muchas personas, existiendo dispositivos especialmente diseñados para ello que cuentan con todas las medidas de seguridad necesarias. La diálisis domiciliaria puede mejorar la calidad de vida de las personas al permitirles disponer de más tiempo libre y adaptar la diálisis a su vida y no al revés», enfatiza.
Con todo, al respecto concluye: «Estos tratamientos favorecen el autocuidado, empoderan a las personas y las hacen partícipes en la toma de decisiones sobre su enfermedad. Además, facilitan la integración en la vida laboral y social y permiten disponer de más tiempo para el ocio y la realización de otras actividades. Es necesario que todas las personas con enfermedad renal y sus familiares conozcan todas las opciones de TRS y puedan elegir libremente las que mejor se adaptan a su estilo de vida».
Sin síntomas hasta mucho daño
¿Se puede prevenir la enfermedad renal? Habitualmente la enfermedad renal no da síntomas hasta que los riñones están muy dañados, asevera la nefróloga, quien afirma que la primera medida para prevenir la enfermedad renal es conocer su existencia. «Aunque cualquier persona puede tenerla, aquellas que padecen diabetes, presión arterial elevada o enfermedades del corazón tienen más riesgo de desarrollarla. Las personas de edad avanzada y aquellas con familiares con enfermedad renal tienen también más posibilidades de sufrirla», expone.
La única forma de conocer el funcionamiento de los riñones es hacerse unas pruebas. Los exámenes más sencillos que el médico puede realizar incluyen una prueba de sangre para estimar la tasa de filtrado glomerular y una de orina para ver si se pierde albumina, así como la medida de la presión arterial.
«Una vez que los riñones están enfermos el daño suele ser permanente. Sin embargo, si la enfermedad se detecta de forma precoz, es posible mantenerlos de forma saludable durante periodos largos de tiempo e incluso detener o impedir que el daño avance», declara la doctora Bajo.
La diabetes y la presión arterial alta son las causas más comunes de la enfermedad renal. Por ello, recomienda la jefa del jefa del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de la Princesa, hay que intentar controlar los niveles de azúcar en sangre si se tiene diabetes y mantener la presión arterial en los niveles recomendados.
«Vivir una vida saludable puede prevenir la aparición de la enfermedad renal y para ello se recomienda seguir una dieta baja en sal y grasas, hacer ejercicio físico diario adaptado a las capacidades físicas de cada persona, mantener un peso adecuado, no fumar y limitar el uso de alcohol. Además, si se padece una enfermedad renal es recomendable hablar con el médico acerca de los medicamentos que pueden ayudar a proteger los riñones y conocer aquellos que pueden dañarlos aún más», pormenoriza.
Día Mundial del Riñón
«El Día Mundial del Riñón es una oportunidad para los profesionales que nos dedicamos a la Nefrología de visualizar la enfermedad renal y atraer la atención de la población sobre la importancia de la misma. Se trata de una enfermedad muy desconocida y, en muchas ocasiones no diagnosticada, que afecta a más del 10% de la población en nuestro país», incide la nefróloga.
El lema de este año es «Salud renal para todos: Promoviendo la igualdad en el acceso a la atención sanitaria» y pretende concienciar a todos los agentes implicados sobre la necesidad de garantizar un acceso equitativo a la atención a las personas que viven con enfermedad renal. «Ello conlleva acceder a un diagnóstico temprano de la enfermedad que permita la implementación de medidas que retrasen su progresión, promover un acceso equitativo a las diferentes modalidades de diálisis, incluyendo la que se realizan en el domicilio y, facilitar la realización de un trasplante renal, ya sea de donante vivo o fallecido», afirma.
En definitiva, concluye la experta, los profesionales de Nefrología trabajan para mejorar las condiciones y la calidad de vida de las personas con enfermedad renal y este Día es una oportunidad para dar a conocer su problemática.