Cinco consejos para mantener el acné a raya durante el verano

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Las altas temperaturas y la humedad pueden desencadenar una mayor actividad de las glándulas sebáceas.

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Mientras que el sol puede tener un efecto positivo en la piel al ayudar a secar temporalmente las imperfecciones, la realidad es que este efecto es solo temporal. La radiación ultravioleta puede irritar y resecar la piel, creando una falsa sensación de mejoría en el acné. Sin embargo, este proceso a menudo desencadena un mecanismo de defensa en el cuerpo, llevando a una sobreproducción de sebo para compensar la pérdida de humedad. El resultado neto es un mayor riesgo de brotes de acné a largo plazo, tal y como explican en los laboratorios La Roche Posay.

Los expertos dermatólogos advierten que el daño solar puede empeorar la inflamación y la hinchazón asociada con el acné, haciendo que las marcas y cicatrices sean más prominentes. Además, algunos tratamientos comunes para el acné, como los productos con peróxido de benzoilo o ácido salicílico, pueden aumentar la sensibilidad de la piel al sol, aumentando aún más los problemas. Por lo tanto, encontrar un equilibrio entre la exposición al sol y el cuidado adecuado de la piel es esencial.

La producción excesiva de grasa es una queja común durante los meses de verano. Las altas temperaturas y la humedad pueden desencadenar una mayor actividad de las glándulas sebáceas, lo que a su vez puede llevar a la obstrucción de los poros y al surgimiento de granos y espinillas. Mantener la piel limpia y equilibrada es la clave para prevenir este problema, según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Los limpiadores suaves y sin jabón pueden ser un gran aliado en la lucha contra la producción excesiva de grasa. Estos productos eliminan las impurezas y el exceso de sebo sin resecar demasiado la piel. Combinar este tipo de limpieza con el uso de productos ligeros y no comedogénicos, así como mantener una adecuada hidratación, puede ayudar a mantener a raya el brillo no deseado.

Cómo hacerlo

Con el verano, la piel sufre bastante, el calor, el agua con cloro día tras día, pueden hacer apareceré deshidratación, grasa excesiva, acné, etc….Siguiendo estos consejos de la AEDV podremos tener una piel saludable durante toda la temporada estival:

  1. Seguir una rutina centrada en la limpieza e hidratación: por irónico que parezca, las pieles grasas o mixtas son las que sufren una deshidratación profunda durante el verano, lo cual debilita la barrera cutánea y eleva la probabilidad de tener imperfecciones y granos. Es aconsejable lavar el rostro con limpiadores suaves de pH neutro dos veces al día y elegir una crema hidratante de textura gel para tu piel.
  2. Utilizar un protector solar de amplio espectro no comedogénico: hay que elegir una opción no comedogénica con una alta protección solar SPF 50 y vitamina D-like, de textura ligera y no grasa para una sensación cómoda en la piel.
  3. Desmaquíllarse antes de dormir y no usar productos agresivos: si se usa maquillaje, no hay que acostarse nunca sin una correcta limpieza, ya que la noche es justo el momento en que la piel inicia naturalmente su proceso de desintoxicación y renovación de células. También es una buena idea utilizar protector solar con maquillaje incorporado, que tiene la ventaja de poder ser retirado fácilmente, y que también cuida de la piel.
  4. Utilizar un cuidado reparador de noche adecuado para tu piel: con el contacto directo del sol, aparecen las temidas manchas en nuestro rostro. Para ello, es recomendable usar tratamientos (como sérums) que ayuden a combatir la hiperpigmentación de la piel.
  5. Cuidar la dieta: intentar seguir una dieta saludable y no cometer grandes excesos, sobre todo, restringir los lácteos o alimentos muy ricos en azúcar. Además, hay que mantener las restricciones clásicas como chocolate o frutos secos que aconsejan los expertos de AEDV.

En conclusión, el verano trae consigo no solo días soleados y diversión al aire libre, sino también desafíos para la salud de la piel. El acné y la producción excesiva de grasa pueden empeorar con la exposición al sol y las altas temperaturas. Sin embargo, con una rutina de cuidado de la piel adecuada, protección solar y atención a la dieta, es posible mantener una piel saludable y radiante durante toda la temporada: la clave está en el equilibrio y la consistencia en los hábitos de cuidado de la piel.

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