Yolanda, un liderazgo otorgado

Yolanda Díaz

Nadie ignoraba que la operación Sumar se estaba gestando desde las entrañas del sanchismo para ser su propia tabla de salvación, y para que, rescatando el voto desengañado de la izquierda radical, les permita mantenerse en el poder. Y ahora que la mariposa ya ha salido de la crisálida y pretende volar libremente, el amor propio les puede y, casi inconscientemente, reclaman desde el entorno político y mediático del presidente su ascendencia sobre el lepidóptero.

En el otro lado, también es mayor de lo esperado la condición de víctima que ha adquirido Podemos. Ya que, no es que Sumar no tenga como objetivo rescatar a Podemos y completarlo -como correspondería a la operación aritmética de su nombre-, sino que la conjunción de tanto resentimiento está directamente dirigida contra ese partido, para robarle su cuerpo y su alma: el populismo comunistoide de Podemos, las estructuras de Podemos y la tan traída `gente´ de Podemos… ¡pero sin Podemos! Su nombre está tiznado por la huella enfangada de Pablo Iglesias; la mariposa solo quiere libar su esencia y no se van a molestar en intentar lavarlo.

Y ahora vienen las grandes incógnitas de los que pretenden beneficiarse con el experimento: ¿están seguros de que Sumar va a ser más que Unidas Podemos? ¿De verdad van a generar más atracción con el colorín guay de la mariposa Díaz que con el punzante aguijón de la avispa Iglesias?
Puede ser que la empalagosa viscosidad que han puesto para diferenciarse de las cortantes y faltonas aristas podemitas, deje al proyecto muy en el ecosistema del PSOE. Y es que tanto se les ha ido la mano con el brilli-brilli, que terminan por organizar la salida de la pupa en el instituto de Pedro Sánchez ¡y en pleno Viso de Madrid! Sabiendo que por ese barrio no vive nadie de los que antes votaba a Podemos, termina por parecer que no son esos los que quieren que les voten ahora.

Un movimiento preparado desde tan tan arriba, puede ser complicado que se filtre muy muy hacia abajo. Por mucho que quisieran aparentarlo, que no quieren, la figura de Díaz no sale de las entrañas del pueblo, ni siquiera de lo que ellos llaman la gente, sino que es, como en aquellas instituciones políticas del preconstitucionalismo, un líder otorgado, en un gesto muy propio de los ramalazos autocráticos del sanchismo.

Y para que no nos digan que solamente nos fijamos en las formas, echar un vistazo al fondo de su mensaje te confirma que es una Danaus plexippus que no tiene otra misión que lucirse con sus aleteos. Nos pasó el domingo lo mismo que con el discurso que le endiñó al pobre Tamames en la moción de censura; tanto buenismo infantil, tanta asistencia y tanto subsidio, tanto subir prestaciones y salarios, en fin, tanto socialismo barato, solamente te incitan a preguntarle, ¿y con todo esto, Yolanda, cuánto tiempo tardamos en terminar de arruinarnos? Pero cuando lo importante es ella, lo de menos es el mensaje, los programas o, incluso, los partidos; estos movimientos personalistas se concentran en su protagonista y se olvidan de que la política se hace para algo más.

La mariposa ya está volando. De momento por la calle Serrano de Madrid y ahí no parece que la vayan a votar mucho. Aunque tampoco la votaron mucho en Galicia cuando todavía era una oruga rechoncha y peluda que decía cosas feísimas, y eso no impidió que primero Pablo y después Pedro lanzaran su exitosa trayectoria personal. Es de ese tipo de políticos que no necesitan votos, sino reconocimiento y ser los que lideran las encuestas de mejor valorados. No importa, por eso, que el vistoso vuelo de la mariposa sea errático. Recuerda a aquellos viajeros que se ponen en camino sin saber cuál es el destino, y, en el caso de Yolanda, Sánchez ya le ha comprado el coche y le ha puesto en ruta acompañada de los odiadores de Podemos. ¡Ya veremos cuando se den cuenta que no tiene carnet!

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