Y, ya puestos, ¿por qué el hámster o el loro no pueden ser familia?

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Es para echarse a reír y no parar o para echarse a llorar. Dice la secretaria de Estado de Igualdad y contra la violencia de género, Ángela Rodríguez Pam, que como la familia «natural» es algo «superado por la vía de los hechos», la próxima Ley de Familias pactada por Podemos con el PSOE, en el marco de los Presupuestos Generales del Estado de 2023, ampliará el concepto de familia a los «compañeros de piso». La número dos de Irene Montero no estaba, aparentemente, bajo los efectos de ninguna sustancia psicotrópica, sino que hizo esta revelación durante una comparecencia pública en la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados, convocada para informar sobre las líneas generales de la política de su departamento.

Dice Pam que la próxima Ley de Familias, que el Gobierno socialcomunista llevará al Congreso «dentro de unas semanas», contemplará como «imprescindible» el «ampliar y ensanchar el concepto» porque «a día de hoy vivimos en una sociedad en la que ya no solamente conviven padres, madres y sus hijos e hijas, sino que a veces conviven madres y madres, padres y padres; a veces convive una madre con la abuela y una prima a la que hay que cuidar y un hijo que tiene esta madre que lo cuida sola; a veces se convive entre varios compañeros de piso» y esto también «debe ser reconocido como un núcleo familiar». La secretaria de Estado no aclaró si en este nuevo marco conceptual de familia las mascotas computan como miembro, porque un perro, un hámster o un loro que conviven con varios compañeros de piso deberían tener los mismos derechos que estos. La señora Pam nos coloca dentro de un escenario tan abierto como quiera el lector imaginar, porque si la familia «natural» está superada «por la vía de los hechos», es un hecho objetivo que una familia, siguiendo el criterio de la susodicha, puede ser ya cualquier cosa. !Para echarse a temblar!

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