El viaje de la Reina a Nueva York
Después del encuentro directo no deseado de la Reina Letizia con su suegro, el Rey Juan Carlos, en el funeral de la Reina Isabel II, el panorama de la consorte de Felipe VI cambió completamente con su visita a Estados Unidos, donde ella ha podido mostrarse tal y como le gusta y se siente cómoda. Doña Letizia ha llegado a través de los años a definir su campo de acción en materias de carácter social y humanitario y lo ha hecho como una mujer de su tiempo, preocupada por la educación, la alimentación sana y equilibrada, las personas que sufren enfermedades tan comunes y que afectan a tantas personas como es el cáncer pero también por las que padecen males que solo alcanzan a minorías y que se conocen con el nombre de enfermedades raras.
No ha sido fácil asumir o poner el foco de la Reina en asuntos diferentes de los que heredó cuando llegó al trono después de su suegra, la Reina Sofía, que tuvo en su propia Fundación una herramienta para llevar a cabo sus tareas benéficas y de cooperación socio humanitaria. La actual Reina ha ido seleccionando en los ocho años que lleva junto a su marido, el Rey Felipe VI, los campos para llevar a cabo su tarea y definir en las actividades de agenda qué temas son los concitan más interés en ella.
Por eso esta semana en la que ha asistido en Nueva York a una reunión del más alto nivel de UNICEF, UNESCO y la OMS y la Cumbre de Transformación de la Educación promovida por el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, Doña Letizia se ha encontrado como pez en el agua y se ha dirigido a los participantes desde el conocimiento profundo que ella tiene de esos asuntos. Ella, después de hablar con jóvenes sobre sus problemas y escuchar de uno de 15 años que cuando se sienten mal emocionalmente prefiere hablar de ello con sus amigos y no recurrir a familiares o expertos, ha expuesto cómo conseguir que los colegios sean espacios seguros, dotados de recursos suficientes para que los alumnos puedan solucionar sus miedos y temores cuando los experimenten.
Para Doña Letizia, hablar de salud mental de niños y adolescentes en un foro global como es la Asamblea General de Naciones Unidas ha sido una satisfacción enorme. Se ha tratado de mostrar sus experiencias y preocupaciones sobre algo que le interesa enormemente y a lo que le gustaría contribuir a que se busquen soluciones ya. Lo mismo ha ocurrido con su asistencia al día siguiente al encuentro con investigadores españoles que trabajan sobre el cáncer en centros estadounidenses, ya que el tratamiento de esta enfermedad es otro de los asuntos en los que la Reina ha puesto el foco desde hace ya muchos años. Con ellos, Doña Letizia habló en profundidad antes de desplazarse a la Universidad de Columbia, para participar en el acto central del Día Mundial de la Investigación en Cáncer junto a la Doctora Jill Byden, esposa del presidente de Estados Unidos.
Creo que este viaje de la Reina ha servido para valorarla por su trabajo, que ella se toma tan en serio y de una manera tan profesional, y para alejar sus sospechas de que ella sólo sale en los medios de comunicación para que los periodistas de corazón se fijen únicamente en su atuendo, su peinado o las pequeñas anécdotas que se producen en un viaje. Eso le habrá hecho sentir que debe seguir adelante en tu tarea profesional que tanto le llena y que desempeña de forma impecable.
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