Sumar, un ejemplo de supina hipocresía feminista

En respuesta a la petición del juez que investiga la denuncia de Elisa Mouliaá contra Íñigo Errejón por un delito de agresión sexual, Sumar ha respondido con un escueto escrito al titular del Juzgado número 47 de Madrid en el que, en diez líneas, asegura que sus actuaciones -que no concreta- no determinaron ninguna conducta irregular en la figura del que fuera su portavoz parlamentario. En definitiva, que Sumar despacha la petición del magistrado con desdén, limitándose a decir que realizaron algunas pesquisas a raíz de las denuncias de una mujer en las redes sociales y ciertas actuaciones internas que no esclarecieron nada. Dicho de otro modo: que la formación que lidera Yolanda Díaz responde con una ambigüedad impropia de un partido que presume de feminismo y dice defender a la mujer. No hay que ser muy sagaz para concluir que Sumar ha escurrido el bulto, lo que en definitiva se traduce en una defensa de su ex portavoz.
Las sospechas de que Sumar no hizo nada para averiguar si eran ciertas las acusaciones contra Errejón se confirman ahora con la gélida respuesta a su señoría. Da toda la sensación de que quieren despachar un asunto de enorme gravedad en dos párrafos que sorprenden por su frialdad. La formación de Yolanda Díaz se retrata y la imagen que vuelve a ofrecer viene marcada por la más absoluta hipocresía. La izquierda del «Yo si te creo, hermana» muta en «No hagamos nada, hermanos». Puro cinismo. Da toda la sensación de que Sumar, una vez que Íñigo Errejón ha abandonado la política, ha decidido ponerse de canto y silbar, porque la respuesta al juez es eso: un indecoroso quitarse del medio que, en suma, a quien sirve es a los intereses del que fuera uno de su más relevantes dirigentes. Es así como la formación de Yolanda Díaz queda retratada en su hipocresía feminista