La solución no pasa sólo por el dinero

La solución no pasa sólo por el dinero
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El fútbol, el español más que otros, recuerda a un viejo caserón que más que una reforma tras otra, precisa una reconstrucción profunda. Preocuparse solamente por encontrar una salida económica en sus actuales circunstancias equivale a parchear una embarcación con demasiadas vías de agua abiertas. Hipotecarse sea por 50 años o 20, sea cual sea el fondo que financie una solución bajo la perspectiva de hoy, no sería sino retrasar el problema como ya ha ocurrido antes. Primero el Mundial 82, luego los Juegos Olímpicos, la incompleta conversión de los clubs en sociedades anónimas y la propia ley reguladora han quedado obsoletas. En suma, no se trata de ingresar más dinero para seguir gastando sin ningún sentido, ni siquiera el más común de ellos. Lo que habría que acometer es la reestructura de sus fundamentos.

Lo primero, eso a nivel internacional, es marcar las normas del mercado, fijar límites máximos y mínimos si se quiere y por categorías, al movimiento de futbolistas, a sus salarios, a las primas por puntos, a los pagos a nombre de terceros o sociedades interpuestas, a las condiciones de los intermediarios y todo ese maremágnum de ramificaciones donde cabe dinero B, A, C y el resto del abecedario. Ya sin salir de España, establecer las mismas reglas fiscales y jurídicas para todos las sociedades integradas en la Liga de Fútbol Profesional y reducir su número en relación a lo que, calendario y balances en mano, se puede verdaderamente soportar. Menos equipos en primera división y ya no hablemos en Segunda, por no hablar del disparate inventado por Luis Rubiales en la Federación Española con sus categorías de nuevo cuño ruinosas y superpobladas.

Todo lo que no empiece por ahí, entre otros detalles, solo será dinero para hoy y deuda para mañana. En serio, ya no es cuestión de la Liga ni de la Oposición a la Liga, del bando del Impulso o el Sostenible, sino trabajo propio del CSD y, en definitiva, del Gobierno que, en ningún caso, puede ni debe mantenerse al margen.

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