Sánchez secuestra nuestra democracia. ¡Rebelémonos!

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Lo que ha ocurrido esta semana en el Congreso es tan grave como que el presidente ausente, es decir Pedro Sánchez, ha perpetuado un clarísimo secuestro de uno de nuestros mayores tesoros: la democracia.

El artículo 116 de la Constitución, en su punto número 2, es claro e inequívoco: “El estado de alarma será declarado por un máximo de 15 días (…) dando cuenta al Congreso de los Diputados (…) y sin cuya autorización no podrá ser prorrogado dicho plazo”. ¿Qué parte es la que no entiende? Yo creo que incluso un estudiante de 4º o 5º de primaria sería capaz de explicárselo.

Si bien es cierto que este es un Gobierno absolutamente falto de capacidad, y no será porque sean pocos, creo que el concepto lo entienden. El problema es otro: desprecian nuestra Constitución, nuestro Estado de Derecho y a nuestra Monarquía. Dicho de otra forma: tenemos un Gobierno que desprecia a España y a todo lo que ella representa.

Lo que ocurrió el jueves fue un flagrante ataque a nuestro sistema, tanto en las formas como en el fondo.

Es inaceptable que el Gobierno solicite una prórroga del estado de alarma de 6 meses y no sea Sánchez quien la pida y la defienda, pero es que además tuvo la poca vergüenza de ausentarse del debate. Alguien debería recordarle que la soberanía nacional reside en el pueblo español y que éste a su vez está representado en el Congreso de los Diputados, por lo tanto, aunque sólo sea por respeto a los españoles, debería haberse quedado. ¡Mantenga las formas al menos! ¡Disimule!

Si entramos en el fondo de la cuestión, esto no es sino la constatación de que al Gobierno no le interesa nada más que acumular poder para llevarnos a un cambio de régimen. La prórroga no sólo es inconstitucional, va en contra de las recomendaciones de la Unión Europea que pide que este tipo de medidas excepcionales sean eso: anómalas, de poca duración y sujetas a control parlamentario. Resumiendo: no respetan la Constitución española y quieren que nos parezcamos más a Cuba o Venezuela que a los países de nuestro entorno.

Por todo si esto fuera poco, Sánchez ha decidido asumir las ventajas o comodidad que conlleva para un gobernante el estado de alarma, más poder con menos control, sin asumir los deberes, que en este caso sería ejercer de mando único en la lucha contra la pandemia.

Teniendo en cuenta todo esto, el Partido Popular se equivocó el pasado jueves. Abstenerse no era una opción, tendría que haber votado en contra de la prórroga del estado de alarma. Entiendo y comparto la estrategia de Casado de comenzar a construir una mayoría alternativa desde el centro, pero como líder de la oposición tiene el deber y la obligación de enfrentarse al Gobierno especialmente si lo que propone conlleva saltarse a la torera nuestra Carta Magna.

Sánchez ha secuestrado nuestra democracia, quiere hacer de lo que debe ser excepcional una nueva forma de Gobierno. Confío en que la justicia cumpla con su papel y tumbe esta flagrante violación de nuestro régimen constitucional, pero a la espera de que eso se produzca, los españoles tenemos la obligación de decir: ¡se acabó! Nos ha costado mucho trabajo mantener el espíritu de la transición y reforzar nuestra democracia, como para que vengan esta banda de socialcomunistas a echarlo todo por tierra.

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