Sánchez pasa de la crisis migratoria: sólo se acuerda de Canarias cuando va de vacaciones

Este verano pasará a la historia por ser el de mayor número de llegadas de inmigrantes ilegales de la historia, con Canarias como puerta principal de entrada. Desde que el Ministerio del Interior dio por iniciada la temporada de verano el pasado mes de junio hasta el día 31 de agosto, España ha recibido a un total de 12.627 inmigrantes ilegales llegados por mar. En 2023, con cifras no vistas hasta entonces, alcanzaron los 8.833. En lo que respecta al número de pateras, también se ha disparado y supera por primera vez el millar a estas alturas del año.

Parece evidente que en un contexto donde diversos conflictos han frenado la entrada de inmigrantes irregulares a distintos puntos de Europa, y con Italia de la mano de Meloni conteniendo de manera radical el flujo de ilegales, España se ha convertido en el objetivo principal de las mafias, con Canarias rompiendo todas las estadísticas. Hoy por hoy, este territorio se ha convertido en el destino preferido de inmigrantes africanos, especialmente desde el Sahel, un flujo creciente que tiene visos de incrementarse en los próximos meses. El mensaje manejado por el Gobierno de que España es tierra de acogida ha surtido efecto. Canarias es la ruta más barata para entrar en la UE y el efecto llamada es ya una realidad. Sin necesidad de finalizar el ejercicio, las cifras de este año ya son similares en suma a las que se registraban el año pasado a mediados de octubre, en plena explosión del fenómeno de las pateras y en medio de una crisis sin precedentes en Canarias.

Los datos que el Ministerio del Interior ha reflejado en su balance oficial quinquenal de inmigración irregular son reveladores: España ha recibido hasta ahora este año un total de 35.456 inmigrantes ilegales, un 62,8 % más que el año anterior. En estas circunstancias, la respuesta del Gobierno es una oda al cinismo que se resume, básicamente, en lo de siempre: escurrir el bulto y dejar a Canarias en la estacada.