El ridículo ‘trip’ de los Sánchez
La soberbia de Pedro Sánchez le convierte, día a día, en un pájaro con menos plumas. “Una retirada a tiempo no es una derrota”, le aconsejaría Cervantes. Ya alertó Kennedy de que “todo descalabro es huérfano”, dando a entender que ninguno de los que hoy apoyan sus bajezas mañana irán a despedirle a la tumba. Pero este idólatra sin luces, el actual okupa de La Moncloa, no se da por aludido. Su enganche con el poder roza el éxtasis, impidiéndole despegarse de las muchas trampas que teje para no convocar elecciones, que le mandarían al limbo. Solución que colmaría el sueño de cuantos desean votar con tal de sepultar al peor presidente del Gobierno de la historia de España.
¿Cómo afirman los aduladores del mal gusto que Begoña Gómez eclipsó a Melania Trump, en Nueva York? Hay que estar ciego, aparte de ser hortera, para defender tal imbecilidad. Melania es una mujer elegante que brilla por sí misma, mientras que Begoña es una chica sosa y, por mucho que se disfrace de cometa, nunca alcanzará altura. El ganso y su pava se han lanzado a hacer las Américas para huir de los líos que les superan, sin caer en la cuenta de que su tendencia a hacer el ridículo es exportable. Con estos embajadores de tercera, la ‘Marca España’ está de capa caída. Qué imagen cateta dan de nosotros estos dos pájaros.
A la vuelta del estúpido trip van a encontrarse con un montón de noticias excelentes. El Senado aguarda con ansia el retorno de tan insigne fulero para felicitarle por su Tesis, obra maestra que merece el premio Guinness, por el récord de plagios contenidos en un solo mamotreto. Otra buena nueva que facilitará el futuro del presidente errante y le hará feliz, es que el T. S. va a archivar el caso del Máster de Pablo Casado. Que se despida del penacho porque el líder del PP lo va a desplumar. Hay más sorpresas en la linda piñata que le espera. Tezanos, su negro en el CIS, ha dado con la fórmula para adulterar encuestas hasta puntos inverosímiles. Los fracasos sepultan al débil, pero releyendo un CIS a la carta, siempre podrá soñar con que nunca saldrá de Moncloa.
Cuando aterrice en Barajas, sonará su móvil, vez tras vez. Serán voces amigas: la de Iglesias y la de Torra, carnívoros decididos a sacarle las entrañas. Uno busca poder para sostenerse al frente de los leninistas, y el payés exige millones para proclamar una Cataluña independiente. Las llamadas perdidas son del argonauta Duque y de Delgado, esa ministra que miente sin parar. Tras haberle estrechado la mano a Trudeau, Trump y Melania, los Sánchez han entrado en trance, creyéndose deidades del Olimpo. España y sus gentes no le interesan a Pedro sino para seguir siendo presidente. “Esto no es lo mío, lo mío es viajar e intercambiar opiniones con los presidentes famosos”. Así piensa el lerdo aereotransportable, al que los hombres influyentes del orbe, toman como tal.