Para el Rey no hay ‘concordia’ ni ‘reconciliación’
Pedro Sánchez, para justificar su connivencia con el separatismo con la concesión de los indultos a los golpistas, habló de “concordia” y “reconciliación”. Pero el independentismo, que siente que ha ganado una gran batalla, porque los ecos del perdón presidencial tendrán consecuencias judiciales en los tribunales europeos, ha puesto en marcha la maquinaria de la revancha, y ERC, Junts y la CUP intentarán laminar a todo aquel que se oponga a su plan totalitario.
Por lo tanto, no existe ni “concordia”, ni “reconciliación” con Felipe VI, el Rey de todos los españoles, y los desplantes y los ataques a su figura por parte del separatismo gubernamental y el separatismo violento de los CDR, que en el fondo es el mismo, son continuos. Hasta mandos de los Mossos d’Esquadra, que están obligados a saludar al Jefe del Estado, se permiten el lujo de apuntarse al carrusel de las faltas de respeto. Saben que no solo no tendrá consecuencias para ellos, sino que posiblemente Pere Aragonès les proponga para un ascenso.
Desde que Felipe VI paró el golpe de Estado separatista con su magnífico y emotivo discurso del 3 de octubre de 2017, el independentismo intenta humillarlo una y otra vez. Desde que Sánchez es presidente, los desplantes se producen en la mayoría de los casos ante el silencio del Gobierno de España. De hecho, parece que el líder socialista está encantado con la cacería a la que el secesionismo somete al Rey. Sea porque a la dirección del PSOE le apetece desgastar a la Monarquía, o simplemente porque no quiere incomodar a sus aliados en el Congreso, la Casa Real no cuenta con el apoyo firme de Moncloa, lo que aumenta la intensidad del fuego separatista sobre Su Majestad.
¿Si el independentismo no duda en mostrar todo su odio y todo su rencor contra una figura ampliamente respetada como Felipe VI, qué es lo que hará a los catalanes que defienden la Constitución y se niegan a aceptar que el secesionismo instaure en Cataluña un régimen totalitario? ¿Qué podemos esperar de un Gobierno de España que ha decidido pactar con los golpistas su impunidad, les trata de tú a tú, y encima intenta vender lo que es una rendición ante los seguidores fanáticos de Junqueras y Puigdemont como una “agenda del reencuentro”?
La obligación de la Cataluña constitucional es defender a capa y espada la figura de Felipe VI. De entrada, para mostrar nuestro agradecimiento a quién nos reconfortó cuando el Gobierno de Mariano Rajoy estaba noqueado. Y luego, por pura supervivencia. No podemos permitirnos el lujo de permitir que el separatismo desgaste la figura del Jefe del Estado del país al que odian, España. Para garantizar que los independentistas no consigan el objetivo de destrozar nuestra nación hemos de apoyar al Rey que representa el ordenamiento constitucional que garantiza nuestros derechos civiles.
Por mucho que el PSC y el PSOE hablen de un “nuevo tiempo”, este no existe. Con ERC y Junts solo existe el tiempo del totalitarismo, caracterizado por las cadenas de su supremacismo, el que nos quiere imponer a millones de catalanes para que seamos súbditos obedientes que nos callemos ante sus desmanes. Si los socialistas desean formar parte de la “nueva mayoría”, es su problema. Si quieren olvidar como los separatistas les escupían, les llamaban “carceleros” y les linchaban moralmente y atacaban sus sedes, allá ellos, y que no duden que les volverá a pasar porque siempre les considerarán catalanes de segunda. Pero muchos no vamos a permitir que el separatismo nos convierta en sus esclavos. Y para ello lo primero es defender a nuestro Rey, porque representa dignamente a nuestro país y porque encarna lo que queremos: una nación libre que respeta los derechos de sus ciudadanos.