Pere Aragonès nos roba
Cuando Pere Aragonès era el simple líder de las JERC presentó una campaña con el lema «Cada segundo España nos roba 450 euros». Yo estaba en la rueda de prensa en la que presentó la campaña.
De hecho, las fotos que han circulado profusamente por las redes desde entonces -y sobre todo desde que llegó a presidente- se las hice en aquella ocasión. Hasta le pedí que posara para la cámara. Cosa que hizo sin problemas.
El lema presentado por Aragonès era una variante del que acuñó Solidaritat: «Espanya ens roba». Solidaritat per la Independència fue la formación que encendió la mecha del proceso porque tanto CiU como Esquerra los miraban de reojo.
En el 2010 llegó a sacar tres diputados en el Parlament: el notario Alfonso López Tena, el ex diputado de ERC Uriel Bertran, y el actual presidente del Barça, Joan Laporta.
Creo que Pere Aragonès se ha arrepentido toda la vida de aquella foto. No es la única hazaña que hizo de joven. Unos años antes, en el 2005, cinco militantes de las juventudes de Esquerra se encadenaron a las puertas de los estudios de la cadena Cope en Madrid para pedir el cierre de la emisora.
Iban con máscaras y vestidos de amarillo -una premonición sin duda del proceso- pero Aragonès es el que sale en el extremo derecho de la imagen. Lo digo porque, por la estatura, es fácil de adivinar.
No sé si su abuelo, que había sido alcalde de Pineda de Mar (Barcelona) durante el franquismo, estaría satisfecho de las gestas de su nieto. El ya ex presidente siempre ha manifestado que tuvo buena relación personal con él a pesar de las diferencias políticas.
En efecto, cuando ETA hizo volar por los aires a Carrero Blanco puso una esquela en el Abc en nombre del ayuntamiento. El consistorio se sumaba así al «dolor que aflige en estos momentos a España entera».
El resto de la historia es conocido. Entró de diputado en el 2006 con el segundo tripartito. ERC salvó los muebles con 21 diputados, once por Barcelona. Él era el décimo. Cuando Josep Huguet fue nombrado consejero de Universidades, renunció al escaño para que corriera la lista.
Con Junqueras se habían conocido en el 2004, tras a invitarlo a un acto de las juventudes del partido. Entonces, el ahora ex presidente era un historiador mediático en la órbita de Esquerra.
En enero del 2018 le dijo que si le pasaba alguna cosa a Marta Rovira, «te toca a ti». En cierta manera lo habían dejado al margen en la organización del referéndum por si tenían que asumir responsabilidades judiciales. A diferencia de él, otros colaboradores de Junqueras como Lluís Salvadó o Josep Maria Jové pringaron.
Vamos a correr un tupido velo sobre la obra de gobierno de Pere Aragonès (2021-2024) porque, aparte de la educación gratuita de cero a tres años, hay poco grosor. Incluso para los independentistas.
En su discurso de investidura se comprometió, nada más empezar, a «hacer posible la culminación de la independencia de Cataluña». No es el caso. La tan discutida «financiación singular» es para intentar contentar a votantes y militantes.
Pero, tras tan ardua labor de gobierno, Aragonès, con sólo 41 años, pasará a cobrar 108.000 euros. A razón de 9.000 al mes durante cuatro años. Además, tiene derecho a tres asistentes, despacho, coche y escolta oficial. Sin olvidar 60.000 euros para gastos.
Luego, a partir de los 65, una pensión equivalente al 60% del sueldo que tenía de presidente. Es verdad que, entre los 45 y los 65, van veinte años. El problema de haber sido presidente tan pronto. Y, sobre todo, expresidente.
Pero procede de una familia acomodada con intereses en el sector turístico. Seguro que no le falta el sustento ni las oportunidades laborales. Por eso, con estos emolumentos, me permitirán que termine este artículo como lo he empezado con una pequeña modificación: «¡Pere Aragonès nos roba!».
Por otra parte, esto de la oficina de ex presidente se inventó para dar salida a Pujol tras 23 años en el poder. Sin embargo, como desde entonces hemos tenido tantos, la lista no ha parado de crecer: Pasqual Maragall (2003-2006), José Montilla (2006-2010), Artur Mas (2010-2015), Carles Puigdemont (2015-2017), Quim Torra (2018-2020) y ahora el citado Pere Aragonès (2021-2024).
Yo entiendo que, por razones institucionales o de protocolo, tengan una partida asignada. No obstante, debería retirarse en el caso de problemas judiciales. Fuera por una multa de tráfico o un proceso de independencia. En este caso, Mas, Puigdemont y Torra deberían quedarse sin un céntimo.