¿Perdonará otra vez la Fiscalía a Podemos?

¿Perdonará otra vez la Fiscalía a Podemos?

La Fiscalía no puede seguir mirando hacia otro lado mientras Podemos campa a sus anchas. Ante los 73.000 euros públicos que Joan Ribó ha dilapidado en la organización de un cónclave podemita en Valencia, el Ministerio Público debe abandonar su indulgencia habitual hacia los morados y actuar sin complejos. El dinero que los ciudadanos aportan con sumo esfuerzo es sagrado y en ningún caso puede ser manoseado y utilizado como pago para actos partidistas, sean del signo que sean. Como les cuenta en exclusiva OKDIARIO, el alcalde y líder local de Compromís — socios de Podemos en la capital del Turia— incluso quiso contratar determinados servicios para este evento pagando hasta 30 veces más de su precio en el mercado. Un dispendio que pone en cuestión tanto su capacidad gestora como su hondura ética, ya que las Jornadas Solimed —Encuentros Euro-Mediterráneo de Solidaridad— han sido en realidad una tapadera para concitar, con cargo al erario público, a los representantes de distintas ramificaciones asociadas con Podemos.

Basta con acudir a la nómina de asistentes donde, salvo contadas excepciones, no se vislumbraba otro color político que el morado. Por allí pasaron el eurodiputado de Podemos, Miguel Urbán, algunos alcaldes de los autodenominados ayuntamientos del cambio como Pedro Santisteve o José María González Kichi, o personas muy cercanas al propio Pablo Iglesias como Victoria Rosell o Pablo Bustinduy. En total, 28 cargos podemitas entre los que se coló algún pedrista como Sami Näir. A pesar de la diversidad política y cultural del Mediterráneo, hubo pocas disidencias entre los asistentes a este acto pagado con el dinero de todos los contribuyentes y fundamentado en el pensamiento único del populismo. Por allí estaban también los representantes de Syriza, encargados de llevar la ruina más absoluta a Grecia. Un evento donde, además de los 10.320 euros en alojamientos o los 6.000 euros en el catering de una sola jornada, también hubo un desprecio frontal a la bandera de España, tirada en un rincón de la sala mientras las enseñas de Europa y Valencia lucían con normalidad. La Fiscalía tiene trabajo, ahora sólo hace falta que la justicia deje de ser tan sumamente ciega con Podemos.

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