Nuevo gobierno de Murcia, ¿modelo a seguir?

Nuevo gobierno de Murcia, ¿modelo a seguir?

En contra de todo pronóstico, el gobierno regional de Murcia sigue en pie y más fuerte que antes. Pero el gobierno surgido de la crisis generada por la moción de censura es más sólido que el anterior: por primera vez se ha logrado integrar a personas procedentes del PP, Cs y Vox. Los disidentes de Cs han abandonado sus vetos a Vox e incluso se apunta a una consejería de educación para una conservadora, abriendo la puerta al pin parental y el cheque escolar. Pese a la manifiesta incoherencia del modelo murciano con su discurso de los últimos meses, Pablo Casado reapareció en Murcia para subirse al carro ganador y proclamar la reunificación del centro derecha. ¿Es acaso el nuevo gobierno murciano el modelo a seguir para la reunificación de la derecha?

Para dar una respuesta debemos recordar que Cs, pese a sus orígenes socialdemócratas, creció en el resto de España como una marca joven del PP; y que Vox ha sido la opción de muchos ciudadanos desencantados con la capitulación del PP frente a la hegemonía cultural de la izquierda y el marxismo cultural. Pese la cercanía de los votantes de “las tres derechas” el postureo progre de Cs (y el PP) ha impedido hasta el momento integrar a los representantes de Vox en los gobiernos.

Lo ocurrido ahora en Murcia suma tres ingredientes: 1º la fidelidad de los representantes escindidos de Cs al electorado de centroderecha; 2º la disposición del PP a contar con personas e ideas venidas de fuera del partido; 3º la apertura a integrar las aportaciones nacidas de Vox. La pena es que ese resultado haya tenido que venir empañado por el transfuguismo de algunos, el oportunismo de la dirección estatal de Cs, y el incesante conspiracionismo del PSOE.

Más allá de esos defectos, cabe preguntarse si el PP (+ escindidos de Cs) estará dispuesto a seguir el modelo murciano en el resto de España, o si solo son capaces de la virtud cuando tienen necesidad de conservar un gobierno. Este camino requiere un evidente cambio de actitud respecto a Vox. Requiere también una actitud más atrevida por parte del electorado: la experiencia de la comunidad vasca y Cataluña ha sido muy negativa, con una fuga masiva hacia la abstención. Una fuga que tal vez procedía del desencanto que genera ver a un PP+Cs incapaz de negociar con nadie (pues las izquierdas no les quieren, y a Vox lo rechazan).

Lo de Murcia marcará un antes y un después en el complejo camino del centro derecha español de los últimos años. El nuevo gobierno de Murcia ofrece un esfuerzo de integración entre las derechas hasta ahora imposibles por el postureo progre de Cs y PP. Si se forma un gobierno PP-Vox en Madrid en primavera (tal vez con algún disidente de Cs como consejero independiente), será con las virtudes del modelo murciano. Una vía que, sin duda, constituye un punto de inflexión a la línea progre de Cs y el PP, y que rompe con el discurso mantenido por Casado desde la moción de censura (castigado de forma rotunda por el electorado en Cataluña), por mucho que Casado haya corrido a hacerse la foto tras varios días desaparecido. Tras las elecciones madrileñas, veremos si el PP acepta el pacto con Vox, o si pone obstáculos a un acuerdo que parece del gusto de Ayuso y del electorado pero no está claro que guste al equipo de la calle Génova.

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