El noble sueño de Arrimadas

Yeats, poeta galardonado con el Nobel de Literatura en 1923, ya nos previno: “Si los votos acaban en los extremos, el centro no se puede mantener”. Según él, lo mejor carece de convicción mientras lo peor se basa en locuras. Fue su llamamiento a la unidad de conservadores y liberales frente a una sociedad marxista. Noble y frágil sueño que Arrimadas comparte con el irlandés, luchar contra la amenaza totalitaria de la derecha o la izquierda. Difícil compromiso, dura tarea en la que se embarcó esta brava mujer que lidera Cs: unir a los pocos políticos cuerdos que hay apegados a la Constitución, para defender las libertades civiles y las reformas humanas.

En el Gobierno del ególatra no hay quien roce el talento que destila la nacida en Jerez de la Frontera. El Ejecutivo se divide entre los social… no sé qué, pues mienten sin parar y esa banda de obscenos y ridículos bolcheviques que sólo sirven para sembrar odio y proferir sandeces en sesión continua. Tan convulso gabinete, apenas está de acuerdo en romper la economía e impedir la recuperación. Mezclar inútiles con nuevos ricos ha logrado que España sea el tercer país que peor gestiona los fondos europeos, aunque decidida a robar el liderato. También han pactado cargarse las instituciones, siguiendo las demenciales y peligrosas consignas de Maduro y ZP.

El clarividente Vidal-Quadras fundó Vox y abandonó la formación que ahora lidera Abascal al ver en ella, “un exceso de patriotismo”. Los superdotados son así, tienen sus manías, pero nunca dejan de ser personas lúcidas. Por eso conviene oír lo que opina “del camarote de los hermanos Marx”, como González definió magistralmente a un Ejecutivo sin pies ni cabeza. Vidal-Quadras profundiza mucho más: “Este maligno Gobierno de Sánchez se está apoderando del Estado, quiere acallar a la prensa libre, quiere acabar con todo el entramado institucional y destrozar, de arriba abajo, la democracia”. Y todavía existen incautos, sin olfato, que se niegan a reconocer que lo dicho hiede a dictadura bananera.

Valga un último ejemplo que demuestra con qué mimbres fue tejido este Gobierno de comic: Illa, ministro constitucionalista sui generis, tras fracasar, estrepitosamente, en su cometido, huyó a Barcelona con más de dos millones de infectados a cuestas, para defender a la “¡nación!” catalana. Deseo que el sueño de Arrimadas, tan noble como frágil, algún día se cumpla. El esfuerzo que le dedica a diario, lo merece. El bienestar y la paz dependen del centro.