Ni así soporto a Rufián
A pesar de haber resultado “salado” diciéndole en la cara a Sánchez lo que cualquiera de nosotros estaba pensando: que la boquita que besó esos dedos que son cruces negando un nuevo referéndum en Cataluña era la misma que los besó cuando aseguraba que nunca nunca habría indultos para los presos del procés. Que Sánchez es un mentiroso lo sabe la Galaxia entera and beyond. Pero el tal Rufián es de la misma especie mentirosa y oportunista, con un jefe, el presidente Aragonès, que muestra una vez más su archisabido desprecio por la separación de poderes con este artefacto de doble negociación que ha logrado arrancarle a Sánchez. De cara a la galería indepe, discutirán sobre el falso e inventado «conflicto político del Estado» con fantasías de amnistía y autodeterminación. De cara a la galería sanchista, lanzarán esa “Comisión Bilateral” que servirá para lo mismo de siempre: más dinero que se usará para seguir demoliendo al Estado y la moral de la mayoría de ciudadanos de Cataluña. De sobra saben Sánchez y Rufián que los tres partidos independentistas que controlan el poder en la Generalitat de ninguna manera representan la voluntad de la mayoría de los catalanes como presumen. Como mucho del 26% del censo de Cataluña. Pero así y todo articularán una comedia con muchas “Mesas” donde el 75% no tendrá nada que decir.
Es curioso que el de Santa Coloma tenga ánimo para bromitas con el trabajo que van a tener los suyos tricotando un tremendo encaje de bolillos para, por un lado, dar garantas creíbles (por lo menos en el corto lazo) de que las animaladas del otoño del 2017 no se volverán a repetir, y, por el otro, armar la jeta suficiente para aparentar ante sus socios/enemigos post convergentes que sólo les están engañando y que a la que se descuiden les/nos endiñarán un nuevo referéndum.
Es un juego de mentirosos porque no hay nadie dispuesto a asumir costes como los de la consulta del 9-N en 2014. Ya sabrán que el Tribunal Supremo ha denegado el recurso presentado contra la sentencia del Tribunal de Cuentas por el ex presidente de la Generalitat Artur Mas y siete ex altos cargos del Govern que tuvieron responsabilidad en aquel desvío de fondos. Si aguantan el tipo (y también hablo de Sánchez) va a ser una buena escabechina.
Las víctimas del malhadado procés vivimos ahora de estas miguitas de esperanza que no logran emborronar reportajes de parte como el que emitió ayer TV3 dando cuenta de los procesos judiciales que surgieron en la estela de los desmanes del procés. Como siempre preocupándose de los más de 3000 independentistas «represaliados» por el Estado y nada de quienes les sufrimos en temerosa perplejidad.
En todo esto pensaba ayer a la salida del Teatro del Liceo donde se representaba la novedosa y discutida puesta en escena de Àlex Ollé de la ópera “La Bohème”. Es la segunda vez que visito el Liceo en unas 6 semanas y ambas veces me he topado con unos blindados impresionantes ante las puertas de su entrada principal. Obviamente, vehículos oficiales puestos a disposición del Govern.
Hace más de 30 años estuve haciendo unas prácticas en el departamento de Cultura de la Generalitat y, por un motivo que ya no recuerdo, me vi en el despacho del jefe de Protocolo. En la mesa había un impresionante fajo de entradas para dicho teatro. Y ya era una época en la que se había vuelto a poner de moda y andaban escasas para el común de los mortales.
Es que esto es lo que les gusta a los de este lado de la “Mesa de Diálogo”. Liceo, cochazo oficial y “tot de franc”. Todo gratis. La Dinamarca del sur.
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- Gabriel Rufián