La negra Navidad de Pedro Sánchez

La negra Navidad de Pedro Sánchez

Rara vez dejé de coincidir con la opiniones de Alfonso Guerra y su última declaración no es una de ellas: “El acuerdo entre el PSOE y Podemos que puede desembocar en un gobierno socialcomunista puede ser un drama”. Cada vez que Guerra introduce una duda (el puede) en sus sentencias significa que el hecho en cuestión se va a producir. Sea o no maquiavélico su augurio, el índice de error no supera el 1%. Por tanto, drama nobis habemus – drama tenemos y… tendremos –, fijo, sin lugar a dudas. El proyecto de poder personal e intransferible en el que se refugia el que pasa de los ERE como ganso por el cielo, va a estrellarse contra el futuro.

Hagan apuestas ganadoras. El Ejecutivo socialista terminará el año como está, en disfunciones y haciendo el ridículo. El ateo enrocado en La Moncloa, tragará uvas transformadas en piedras, y los Reyes Magos a lomos de sus camellos, suplirán las toneladas de carbón que merece el que ha traicionado a los constitucionalistas, trayéndole un saco rebosante de rica marihuana, recién cortada para que se coloque en condiciones y disipe sus falsos sueños, tan propios de un maniquí de almacén barato. Quien quiera presidir España, debe aportar otros laureles, aparte de la propensión al plagio y ser un inepto. Tras estas navidades – esperemos que así sea – no quedarán de él ni las raspas. Apuesten: año nuevo, vida nueva, nuevas elecciones.

Sánchez es una mera pelota de ping-pong flotando entre olas bravas de marejada. Con ERC, mantiene mucha confrontación, pero ningún diálogo. O le garantiza al separatismo una Cataluña independiente, o no hay más que hablar, se hunde. E Iglesias, el iluso, va dado si cree que el papanatas respetará la coalición que le ha ofrecido, con el único propósito de que aporte sus votos comunistas. Por bobo que sea el cisne, jamás tolerará que la hiena hinque sus garras de hiena en los dineros de la Seguridad Social. Según comenta el palmípedo entre los suyos, al carnívoro lo ha contratado en calidad de becario y se deshará de él, o traicionará, cuando crea conveniente. La política es un carrusel. Hoy te uso y mañana te mando a tomar por saco.

España anda en manos de un sociópata llamado Pedro que padece un trastorno muy, muy grave de su personalidad. La característica de este trastorno, según eminentes psiquiatras consultados, es un patrón general de desprecio y de violación de los derechos de los demás. Esperemos que lo retiren pronto de la circulación, antes de que nos vuelva majaras y arruine nuestras Navidades.

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