Mónica García, la ministra vende humos
En su afán por marcar territorio y trasladar la idea de que hace algo, la médico, madre y ministra de Sanidad, Mónica García, ha anunciado a bombo y platillo una regulación de los vapeadores. En teoría, la medida sparecía razonable; en la práctica, es una demostración de ignorancia, porque lo que pretende regular lleva ya regulado desde hace 18 años. Es decir, que la titular de Sanidad no se conoce las leyes ni de su propio departamento.
Dice García que «los vapeadores tienen apariencia de juguetes y sabores dulces, pero son perjudiciales y la antesala del tabaquismo. Vamos a regularlos». Pues bien, mucho antes de que la ministra viera la luz, la ley 28/2005 de 26 de diciembre que recoge las medidas sanitarias contra el tabaquismo señala que «se prohíbe vender o entregar a personas menores de dieciocho años productos del tabaco, así como cualquier otro producto que le imite e induzca a fumar». Es lo que tiene creerse indispensable y pensar que antes de que ella llegara al cargo había un vacío general. No, ministra, no, los cigarrillos electrónicos y los vapeadores a los que haces referencia ya estaban completamente regulados y prohibidos. Tanto que los nacidos en el año de la aprobación de ley ya son mayores de edad y pueden comprar libremente vapeadores. Fíjese el tiempo que ha pasado.
Cómo habrá sido el desliz de Mónica García que su secretario de Estado, Javier Padilla, ha tenido que echarle un cable al afirmar que lo que van a regular son otros aspectos, no la venta a menores como defendía García. «Su uso en espacios libres de humo para otro tipo de dispositivos, su saborización, su aromatización… Será por elementos centrales de regulación que quedan pendientes. La prohibición de venta a menores es sólo una cosa, objeto de una regulación muy embrionaria entonces». O sea, que ha tenido que inventarse sobre la marcha un pretexto con el que salvarle la cara a su jefa. Es lo que tiene vender humo (y nunca mejor dicho).