Los miserables
En España comportarse como un miserable no es un inconveniente para ser Presidente del Gobierno. De hecho, hemos tenido la prueba en estos dos días de pleno de investidura, cuando ayer mismo el candidato a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sanchez, tejía un cordón sanitario y vetaba, en un ejercicio de profundos valores antidemocráticos, sin contestar, ni refutar, ignorando a un grupo parlamentario democrático libremente elegido por los españoles. Y además nos responsabilizaba a los demás de que este grupo haya sido elegido por los ciudadanos.
Al día siguiente, ni 24 horas después, Sanchez ya no tiene ningún cordón sanitario, ni con los grupos de extrema izquierda como Bildu, que sigue sin condenar y justifica los asesinatos entre los que hay compañeros socialistas del propio sanchez. Para el sanchismo, la justificación del terrorismo no merece cordón sanitario. No ser de izquierdas, sí.
En el colmo de la desfachatez, Sánchez contestaba a los diputados de Bildu, en muy buen tono (falcon y colchón están en juego), diciéndoles que él no les vetaba y que agradecía que se abstuvieran en su investidura. Sanchez agradecía ser el candidato de Bildu.
Es curioso que desde el PSOE se nos inste a olvidar y a dejar en el pasado el terrorismo de ETA, pero que insistan en darnos a Franco para desayunar, comer y cenar. Pedro Sanchez serás Presidente, no tengo ninguna duda, y lo serás con el voto de comunistas, secesionistas y proetarras, pero lo que has hecho ayer y hoy es simple y llanamente de miserables.