Mazón reacciona ante el ‘fuego amigo’

Pedro Sánchez

Un editorial titulado «Mazón debe irse ya»; un artículo en portada que dice que «Génova agota su paciencia con Mazón»; o una encuesta comentada como «El efecto Mazón ya daña al PP». No son titulares de la prensa subvencionada con la publicidad institucional del PSOE, sino de los tres periódicos tradicionales más próximos al Partido Popular y todos se han publicado en la última semana. En ninguno de esos tres artículos se sugiere que el ganador de las últimas elecciones autonómicas valencianas, que recordemos más que dobló los resultados de su partido pasando de 19 a 40 escaños, quitando la presidencia al socialista Ximo Puig; en ninguno de ellos se pide que, antes que Mazón, dimitan todos los cargos socialistas que son tan responsables o más que él de lo ocurrido, empezando por Teresa Ribera, entonces ministra de Transición Ecológica, cabeza de la AEMET y de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) que tantos errores culpables cometieron ese día.

Es posible que, al ver los titulares que se estaban publicando en la prensa tradicional más próxima al Partido Popular, Carlos Mazón pensara que es mejor hacer lo necesario para que nadie intente moverle la silla, porque sería lamentable que el centroderecha dejara caer a uno de los suyos sin que los socialistas asumieran ni la más mínima responsabilidad. No podemos saber si esta ha sido su única motivación, pero la coincidencia en el tiempo es más que evidente. Justo después de que los periódicos más cercanos al número 13 de la calle Génova comenzaran a exigir su dimisión, Mazón ha llegado a un acuerdo con VOX que le permitirá aprobar los presupuestos de 2025 a cambio de su compromiso para luchar contra el Pacto Verde europeo y contra las políticas que favorecen la inmigración ilegal.

Inmediatamente la izquierda política y mediática ha comenzado a bramar gritándole a Mazón ¡facha, racista, xenófobo de extrema derecha!, por llegar a un acuerdo con los de Santiago Abascal, pero sin darles tiempo, va el mismo Pedro Sánchez que hace cinco días posaba sonriente a las puertas de La Moncloa con una condenada por apoyar a ETA que llama guerreros (gudaris) a los etarras asesinos; y se marca un pacto que ellos deberán calificar también de xenófobo y racista con la formación de extrema derecha catalana que ha conseguido que en Cataluña ya no entren más inmigrantes ilegales a cambio de los 7 miserables votos que Sánchez necesita para aferrarse al Falcon. El PSOE ha pactado con los del prófugo Puigdemont un reparto de menores inmigrantes no acompañados (menas) en función del cual Madrid recibirá más de 700 y Cataluña sólo 20.

Vosotros me diréis ahora cómo van a seguir llamado facha a Mazón por estar en contra de la inmigración ilegal a la vez que aplauden un acuerdo por el que Pedro Sánchez pacta con la extrema derecha independentista que a Cataluña no lleguen inmigrantes ilegales. No sé cómo, pero lo harán. La izquierda política y mediática seguirá blanqueando a los condenados por terrorismo etarra y se seguirá tragando el «racismo» y la «xenofobia» cuando provenga de la extrema derecha catalana, a la vez que atacarán a un partido con unos planteamientos tan democráticos y constitucionales como los de Vox, de eso no cabe duda. Pero al menos esperemos que la prensa que se supone de centro y derecha se aclare de quienes son sus aliados y contra quienes hay que seguir luchando porque confundiéndose de enemigo es más difícil vencer.

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