Lo de Feijóo, Yoli y Abascal

Lo de Feijóo, Yoli y Abascal

La señora Díaz, doña Yolanda, invitó a cenar al señor Núñez Feijóo –se supone que en el megapiso que tiene asignada la ministra de Trabajo que pagamos los contribuyentes- y hablaron de gallega a gallego.

¿De qué? No lo han dicho, pero se supone. Habrá que intuir que dejaron al margen el precio de las nécoras o los centollos y aprovecharon las viandas y el buen y abundante vino que siempre tiene ese ministerio en su planta noble -también a cuenta del contribuyente, of course- pero lo primero que sorprende de la invitación es el arrojo de la dirigente comunista para sentar en su mesa a un dirigente político que tratan de decapitar sus conmilitones y, desde luego, su jefe y amigo Sánchez. Sinceramente, no me parece nada mal que haya comunicación entre dos responsables de la cosa pública, incluso, que se pongan de acuerdo en algo. Ignoro si, finalmente, llegaron a algún tipo de acuerdo o, simplemente, se trató de una charleta nocturna entre paisanos. No hace tantos días que doña Yolanda despreció públicamente a la persona que la derrotó en las urnas gallegas, afirmando esto: «A Feijóo, España le queda demasiado grande». Horas después, quizá arrepentida, le invitó a cenar.

Más relevancia han dado algunos colegas aviesos a la entrevista secreta entre el jefe del centroderecha y el de la derecha. Génova ha querido restar importancia a un «encuentro normal» entre diferentes responsables que, según los expertos demoscópicos, vienen condenados a entenderse y no sé si también a encadenarse.

Al menos, Feijóo habla y Sánchez no, cuando viene obligado por su cargo institucional a hacerlo. Le guste o le disguste. Hay millones de españoles a los que el presidente les disgusta -les disgusta profundamente- y no por ello cuestionan su legitimidad de origen, aunque sí de ejercicio. Luego, parece venir un próximo encuentro con el Partido Nacionalista Vasco que a algunos les abre las carnes, también es necesario, pónganse como deseen.

De esta forma tan natural, Núñez Feijóo viene a constituirse en el epicentro de la iniciativa política -propuestas fiscales, trabajo en la UE con la inestimable ayuda de González Pons- que tendría que concluir con justeza en su ascenso a la jefatura del Gobierno. De momento, la Unión Europea ya le ha dicho a Sánchez que tiene que cambiar el modelo de elección al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y lo tiene que hacer antes de presidir (turno de España) la propia UE.

Es consciente el gallego de Orense de que sólo tiene una bala en la recámara. Y esa pasa por acertar de pleno en la diana de La Moncloa. El resto son brindis al sol y bagatelas.

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