Iglesias, un politicastro repudiable

Iglesias, un politicastro repudiable

Los conceptos del honor y la honra no estrechan lazos con el líder de Podemos. Este agitador profesional ya llegó a la política fuera de sus cabales, con el único fin de hundir a la gente que intenta prosperar y ayudar a España aportando sueños y mucho trabajo, mientras él sólo quiere someterla a su veleidad totalitaria. Como sale de una cuna sin principios, no tiene otro cacharro que ofrecer que su muy oxidada y ruinosa ideología. Tal indecente, mitad oportunista, mitad infractor, intolerante con cada una de las instituciones del Estado, debería irse a hacer gárgaras (enjuagues bucales) y abandonar el mapa político, permitiéndonos vivir en paz, evitándonos respirar el odio que expele y contagia un bicho tan zafio, como inquietante e inútil.

The Economist asegura que “España sigue siendo una democracia plena”, pero Iglesias -que nadie entiende qué pinta en el Gobierno- jura que “la anormalidad democrática reina en España”. Las palabras se vuelven contra su dueño y al hacerlo un antisistema, de vil calaña comunista, todavía más. Por eso todos los ministros socialistas se rebelan contra el dicharachero y urgen a Sánchez, otro ególatra de enciclopedia médica, a que cese al papanatas. Iglesias, politicastro repudiable, vive horas bajas a la espera de un nuevo, rotundo fracaso en la pantomima de las elecciones catalanas. Nacido bajo una carreta, sabe que nunca llegará más alto, pues es un tupamaro de ley, con garantía de perdedor.

La España que reúne, plataforma de antiguos miembros del PSOE como Nicolás Redondo y Joaquín Leguina, personas inteligentes y con dos cojones, más algunos ex Ciudadanos”, también lúcidos, le ruegan a Sánchez que saque del Ejecutivo, de modo inmediato, al tipejo que encabeza este artículo, por ser “desleal con sus socios de Gobierno, con todas las instituciones del Estado y la gran mayoría de españoles”. Y añaden: “Cesar en la infamia: Pablo Iglesias debe ser destituido” fulminantemente del cargo de vicepresidente segundo por inútil, nocivo y traidor. Así que, al machito Alfa, sólo le queda avisar a Irene Montero, empacar sus bultos y largarse a Venezuela a bailar el joropo. Cualquier vía de escape es buena, con tal de que no vuelvan y nos sigan jodiendo.

Ni los golpistas de Llenoders, ni los criminales amigos de Bildu, les echarán en falta. En política, sólo interesa la pasta que le van a sacar a Sánchez. Sin Iglesias de intermediario, al maniquí de La Moncloa le pueden sacar casi el triple. Los votos para seguir en el poder cuestan un pastón.

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