Un Gobierno que perjudica seriamente la salud

Un Gobierno que perjudica seriamente la salud

Por si faltaban pruebas de que el Gobierno socialcomunista sabía en los días previos a la manifestación del 8-M que su celebración implicaba un tremendo riesgo sanitario, OKDIARIO ofrece a sus lectores el documento enviado, el 6 de marzo,  por la directora general de Salud Pública, Pilar Azcárraga, a los organizadores del Congreso Evangélico que iba a celebrarse en la Caja Mágica de Madrid entre el 19 y el 21 de marzo y que tenía previsto congregar a 4.000 personas. La alto cargo del Ministerio de Sanidad recomienda su aplazamiento o suspensión «hasta que se haya verificado por la autoridad sanitaria el control de la transmisión de la enfermedad y del riesgo asociado».

La carta fue enviada un día después de que el Ministerio de Sanidad emitiera un oficio, con fecha de 3 de marzo de 2020, en el que se aseguraba literamente que «los eventos multitudinarios de cualquier tipo, con amplia presencia de personas procedentes de cualquiera de las zonas del mundo en que se ha constatado transmisión del virus SARS-CoV-2, se consideran evento de riesgo para la transmisión de este patógeno y suponen un riesgo para la salud de la población».

Sin embargo, el Gobierno jaleó, alentó y hasta puede decirse que organizó la manifestación del 8-M en Madrid, una cita a la que acudieron 120.000 personas, con el Ejecutivo socialcomunista en primera fila de la manifestación. Esa concentración, sin embargo, no fue considerada de riesgo, y hasta el mismísimo coordinador del centro de alertas sanitarias, Fernando Simón, preguntado al efecto dijo que «si mi hijo me pide mi opinión sobre si asistir o no le diré que haga lo que quiera».

Quiere decirse que mientras instaban a los organizadores del Congreso Evangélico a suspender el mismo en cumplimiento del oficio emitido por el Ministerio, en el que se alertaba sobre la necesidad de evitar los eventos multitudinarios de cualquier tipo a causa del coronavirus, el Gobierno se ponía ese fin de semana al frente de la manifestación feminista. O sea, una prevaricación en toda regla que ha causado miles de contagios y provocado efectos demoledores entre la población. Una negligencia mortal.

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