Feijóo resiste la feroz campaña socialcomunista

Alberto Núñez Feijóo
Alberto Núñez Feijóo

En las últimas semanas, el PSOE se ha lanzado, con el apoyo de sus socios y de las terminales mediáticas de la izquierda, a una gigantesca estrategia de descalificación de Alberto Núñez Feijóo. Al mismo tiempo, Sánchez ha puesto a pleno rendimiento la maquinaria de captación de votos con dinero público, consciente de que sus aspiraciones de revalidar el poder en las próximas elecciones generales iban menguando con el paso de los días. Sin embargo, si hoy se celebraran los comicios, el PP sería el ganador de las próximas elecciones generales, con el 31,4% de los votos y 131 escaños, cuatro menos que en el anterior sondeo. Con los 54 diputados que la encuesta le otorga a Vox y los dos de Navarra Suma, Feijóo sería presidente, al lograr 187 diputados. Es cierto que el PSOE ha visto frenada su caída y recupera cuatro escaños para situarse en los 95, pero con los 24 diputados de Podemos estaría todavía muy lejos del PP. En conclusión: la feroz campaña contra Núñez Feijóo ha funcionado sólo en parte, porque el PP, aunque experimenta un ligero retroceso, sigue en cabeza con una ventaja de 38 escaños sobre el PSOE de Sánchez.

A nadie se le escapa que el socialismo seguirá con su estrategia de demonización del líder del PP y que lo hará cada vez con mayor ferocidad, mientras intensificará su plan de compra de votos con dinero público. De aquí a las elecciones generales, la ofensiva socialcomunista será brutal y despiadada, por lo que Núñez Feijóo tiene que ser consciente de que va a ser objeto de una cacería política sin precedentes por parte de la izquierda. Ya lo estamos viendo, pero lo de ahora es sólo un aperitivo comparado con lo que vendrá. La batalla es desigual, porque Sánchez cuenta con la ventaja de disponer de un arsenal de recursos públicos a su alcance que utilizará en beneficio propio. En estas circunstancias, la proverbial prudencia y capacidad de gestión del líder del PP debería verse acompañada de muchas dosis de firmeza para plantar cara a la rabiosa reacción del socialcomunismo

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