La España plurinacional
Una de las noticias del comienzo de esta semana, tal vez desapercibida en medio de tanta consulta y tanto escándalo, ha sido la publicación del documento marco para el 14 Congreso del PSC. En el mismo se insiste en la idea de una reforma federal de la Constitución en la que España pasaría a ser declarada Estado plurinacional, y Cataluña una nación dentro de dicho Estado.
Más allá de la indignación que la posición del PSC pueda generar en los nacionalistas españoles, más allá de los parabienes que pueda recibir la propuesta entre quienes quieren una solución para Cataluña, creo que alguien (aunque solo sea Teruel existe!) debería plantearse como encajar el asunto en el conjunto de España, pues la cuestión no es menor.
Y es que si admitimos que el Estado es plurinacional, será necesario que se aclare que las Comunidades Autónomas dejan de ser un artilugio político para las regiones, y pasen a serlo para las naciones. Así las cosas, habría que reestructurar las actuales comunidades de La Rioja, Cantabria, Castilla y León, Castilla- la Mancha, Madrid, Extremadura y Murcia, y pasar a convertirlas en una sola nación castellana, o bien (siguiendo las pretensiones del Alcalde socialista de León en declaraciones recientes) dos naciones: Castilla y León (integrada según el citado Alcalde por las actuales provincias de León, Zamora y Salamanca).
Si, por el contrario, entendemos que las CCAA son para las regiones, entonces habría que admitir que, al igual que Castilla se halla despiezada en siete CCAA, Cataluña lo estuviese en dos o más, acordes a las diferencias regionales entre la llamada Tabarnia el resto.
El asunto no es fácil, y de momento el PSOE lo único que ha dicho (ver Declaración de Granada) es que habría que recoger en la Constitución la actual relación de CCAA, y en base a ellas hacer la reforma federal. Una posición que no resuelve el problema. De modo que, tal y como está formulada la propuesta, aunque pueda ser una vía de solución para Cataluña, para el resto de España podría causar más problema del que soluciona. Más si tenemos en cuenta que, a día de hoy, el gran problema territorial de España no es sólo la pretensión secesionista de Cataluña, sino el lamentable desequilibrio territorial a que ha conducido el Estado autonómico. Un desequilibrio que hará subir a Vox cada vez más en las zonas perjudicadas por la España autonómica, y que seguramente se solventaría mejor con unidades más grandes que con autonomías que compiten entre sí hasta ser capaces de que una pequeña pero dinámica (ej. Madrid o Tabarnia) aniquilen a otras grandes pero complejas (como son “las dos Castillas” o el resto de Cataluña).
En suma, que la propuesta del PSC es muy bonita, pero si no se casa con una propuesta más completa a nivel de todo el PSOE (y la Declaración de Granada se queda coja en mi opinión), puede causar más daño que provecho. Si, en cambio, se articulan bien las naciones a diseñar, a lo mejor, además de solucionar el problema catalán, se solucionaba el otro gran drama territorial de la España actual: el desequilibrio entre zonas.