Una decisión polémica pero ajustada a la ley

Aunque haya personas que hayan puesto el grito en el cielo al conocer la decisión del Juez de Vigilancia Penitenciaria de Valladolid de conceder permiso a Iñaki Urdangarín para salir de la prisión de Brieva dos veces a la semana para colaborar con una ONG, la realidad es que esa resolución está plenamente ajustada a la ley. Quien quiera ver una muestra del más mínimo privilegio hacia el marido de la Infanta Cristina, por ser la hermana del actual Rey, se equivoca tanto como los que ignoraron desde principio del proceso que llevó al yerno del anterior monarca a la cárcel, del derecho a la presunción de inocencia que se debe respetar siempre porque corresponde a cualquier acusado antes de ser juzgado y sentenciado.

Dos días más tarde de hacerse pública la decisión del Juez, Urdangarín ya ha comenzado sus labores solidarias en el centro religioso Don Orione, adscrito a una ONG ubicada en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón. En sus instalaciones se atienden a personas con discapacidad, y a ella acudirá Iñaki Urdangarín dos días a la semana en un plazo de tiempo de 8 horas cada día. Su misión va a ser ayudar a los afectados por graves hándicaps por medio de ejercicios físicos para los que Urdangarín está más que preparado por haber sido un deportista de élite. Así podrá iniciar el marido de doña Cristina su particular proceso de reeducación y reinserción social.

Es cierto que la decisión de concederle al yerno del monarca actual esta oportunidad de salir del régimen de aislamiento en el que se encuentra en la prisión no se ha tomado por unanimidad, ya que el Ministerio Fiscal y la Junta de Tratamiento de la cárcel de Brieva se opusieron a la colaboración de Urdangarín con la organización no gubernamental Don Orione. Estos dos organismos creyeron que no había motivos suficientes que justificasen las visitas del preso que, según la Fiscalía, iban a suponer gastos y dificultades en el traslado.

Pero al final, ha prevalecido el criterio del Juez de Vigilancia Penitenciaria que ha hecho valer el artículo del Reglamento que permite el régimen de colaboración con ONGs a presos en peligro de desocialización que, por cierto fueron concedidas a 500 personas el año pasado y a más de 250 en este. Las normas que permiten ese trabajo de voluntariado a los reos requiere de tres requisitos: presentar un perfil de baja peligrosidad, no ofrecer riesgos de quebrantamiento de la condena y que la medida sea necesaria para su tratamiento y reinserción social.

A la hora de juzgar la oportunidad de permitir que el marido de la Infanta Cristina pueda ayudar a discapacitados a dar paseos por la piscina o a realizar ejercicios de fisioterapia durante dos días de la semana, en vez de seguir en el régimen de aislamiento debido a que la cárcel de Brieva es de mujeres y el único varón que cumple pena en ella es Iñaki Urdangarín, quizá habría que hacer un llamamiento a la opinión pública para recordarles que el principal propósito que la ley persigue con cualquier preso es el de la reinserción. Por encima de cualquier otro objetivo.