La DANA y los ‘Països Catalans’
La grave catástrofe natural que ha sufrido Valencia ha sido aprovechada, desde el primer momento y cuando el agua seguía anegando las poblaciones de esta comunidad autónoma, por el pancatalanismo que quiere convertir estas tierras en una colonia de los fantasmagóricos Països Catalans. No voy a defender al presidente Carlos Mazón, serán sus conciudadanos los que valoren, con el tiempo, tanto su gestión en los primeros momentos de la crisis como durante la reconstrucción. Lo que sí quiero denunciar es que el separatismo catalán se ha hinchado a llamarle «asesino», no por su labor para prevenir y combatir los efectos de la DANA, sino porque es el principal obstáculo para esta anexión territorial de Valencia por parte de Cataluña.
En la España sanchista que cede una y otra vez ante el separatismo catalán, parecía que Valencia ya no podría librarse del anexionismo separatista. Compromís estaba trabajando activamente para que lo que ellos llaman el País Valencià formara parte de sus anhelados Països Catalans, con la complicidad activa de Ximo Puig y su PSPV – Partit Socialista del País Valencià -. Pero su desastrosa gestión al frente de la Generalitat valenciana motivó que en mayo de 2023 PP y VOX desalojaran del poder a los sucursalistas del separatismo catalán.
Y Carlos Mazón, desde que tomó posesión, se dedicó a combatir la idea de que la Comunidad Valenciana formaba parte de dichos Països Catalans. Defendió la dignidad de una comunidad autónoma que es leal a España, y combatió a los que quieren romper la unidad nacional para crear una República Catalana que sería una cárcel para millones de catalanes y valencianos que se sienten españoles.
De ahí que el sábado, en la violenta manifestación que se celebró en Valencia, la ANC de Lluís Llach y otros grupos separatistas catalanes se unieran a sus aliados de Compromís para, con la excusa de los muertos casados por la DANA, pedir la cabeza de Mazón.
Dejemos claro que tengo el máximo respeto por los valencianos que, de buena fe, se manifestaron para mostrar su dolor, y que no siento más que desprecio por los que usaron este dolor para sus objetivos políticos. Nunca pensé que podrían caer tan bajo Compromís, Sumar y los múltiples grupos separatistas que intentaron evitar los gritos contra Sánchez en dicha manifestación. Pero lo hicieron. Son la prueba de que siempre se puede empeorar. Y seguro que en las próximas semanas lo seguiremos comprobando.
Muchos de los que cogieron un autocar para ir a Valencia a llamar «asesino» a Mazón ni se plantearon coger una pala para ayudar a los afectados. Y es que los Països Catalans no se construyen desde la solidaridad, sino desde el resentimiento y el odio a España.
¿Qué hay separatistas entre los voluntarios que se han arremangado para ayudar a los afectados? Claro. Como los hay del PP, de Revuelta, de Vox, de Nuevas Generaciones, de Estudiants pel Canvi, de S’ha Acabat! y de muchas entidades de la sociedad civil. No se trata de descalificar a los secesionistas de base por su ideología. Pero sus partidos, sus entidades y sus medios de comunicación han manipulado las desastrosas consecuencias provocadas por la DANA y por la imprevisión de unos y de otros para intentar eliminar políticamente a una figura que les resulta muy molesta, la de Carlos Mazón.
Los mismos comunicadores separatistas que apoyaron y justificaron todos los desmanes de los gobiernos secesionistas catalanes durante el procés, ahora se han vuelto puristas y, antes que tengamos claro qué pasó en Valencia y quién tiene responsabilidad de qué, se han volcado en intentar eliminar políticamente al presidente valenciano porque les molesta en su particular búsqueda de la anexión futura de Valencia.
Son los mismos que se callan cuando la Generalitat de Cataluña se niega a subvencionar a entidades cívicas catalanas que no son de su cuerda, pero que convierten en titulares cuando Mazón recorta las ayudas públicas a las entidades pancatalanistas valencianas. Es destacar cuando tres docenas de docentes valencianos protestan contra una decisión de la Consejería autonómica de Educación y callarse cuando hay centenares de padres catalanes que luchan para que sus hijos reciban docencia en castellano. Es el doble rasero continuo. A Mazón le han de juzgar los valencianos por su gestión al frente de la Generalitat, no porque combata, con toda la razón del mundo, la idea separatista de que Valencia solo puede ser una colonia de Barcelona.