Bofetón del Supremo a Sánchez y su Fiscalía: lo de Cataluña sí fue terrorismo

Supremo Sánchez terrorismo

El Tribunal Supremo le ha propinado al presidente del Gobierno la más sonora bofetada que se recuerda al admitir por unanimidad abrir una causa por terrorismo contra Carles Puigdemont y Rubén Wagensberg en el marco del caso Tsunami, asumiendo así las tesis del juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón. Y es que el Alto Tribunal justifica su decisión al impugnar, entre otras cosas, «la afirmación que aflora en algunos políticos y medios de comunicación de que sólo las acciones de ETA o la yihad merecen ser tratados como terrorismo». El Supremo destroza así los intentos del Ejecutivo de distinguir entre un terrorismo malo -el que violenta los derechos humanos- y otro bueno, lo que supone todo un misil a la línea de flotación del articulado de la Ley de Amnistía que pretendía sacar adelante Pedro Sánchez.

El jefe del Ejecutivo también sale trasquilado con el pronunciamiento del Supremo, porque Pedro Sánchez reiteró hasta la saciedad que lo ocurrido en Cataluña «no es terrorismo». Pues bien, el TS deja bien clarito que lo acontecido en Barcelona lo fue, dejando también en evidencia a la Fiscalía de Sánchez y a su terminal en el Supremo, la teniente fiscal Ángeles Sánchez Conde, que utilizó su cargo para servir a los intereses del Gobierno en contra del criterio de los fiscales de la Sala de lo Penal.

En definitiva, que los argumentos del Supremo, con independencia de que haya decidido abrir una causa contra Puigdemont por un posible delito de terrorismo, representan una impugnación en toda regla del discurso de Pedro Sánchez en relación con la Ley de Amnistía. Con la que está cayendo, lo que le faltaba al jefe del Ejecutivo era que la máxima instancia judicial le dejara como un arribista sin escrúpulos o como un tahúr político. Y lo ha hecho con una pieza impecable en lo formal que esconde en el fondo una bofetada descomunal.

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