Los bienes de Patrimonio Nacional no pertenecen a los Reyes españoles
Dentro de la actual campaña de acoso y derribo contra la institución de la Corona de las fuerzas políticas que quieren acabar cuanto antes con la monarquía, se ha incluido también en los últimos meses a Patrimonio Nacional, un organismo público que se ocupa de conservar y mantener los bienes que fueron propiedad de los Reyes españoles desde la Edad Media hasta hoy. Algunos artículos que se han publicado en los últimos meses se dedican a poner una cortina de opacidad sobre la labor de este organismo, al que atribuyen la obligación de sufragar los gastos de la Familia Real que no se asumen con las partidas de los presupuestos de la Casa Real y ser usada por el anterior monarca para financiar gastos indebidos.
Quizá es momento para aclarar algo importante: la función legal de Patrimonio Nacional –según la Ley aprobada el 16 de Junio de 1982- es doble: el apoyo a la Jefatura del Estado para la alta representación que la Constitución le atribuye, y la puesta a disposición de los ciudadanos del patrimonio histórico-artístico por medio de su uso con fines culturales, científicos y docentes. Y para esclarecer un poco las cosas, ni los Reyes y su familia se dedican en la actualidad a disfrutar de los distintos palacios y propiedades que fueron construidos por decisión de sus antecesores, ni se puede negar que los bienes de Patrimonio Nacional son usados para actos culturales a los que tienen acceso miles de personas cada año.
Buen ejemplo de esto último son los programas musicales que han permitido a un público muy amplio asistir a los conciertos de cámara en los que se usan los Stradivarius, instrumentos de cuerda fabricados por el famoso lutier de Cremona a principios del siglo XVIII. O los talleres para familias recién iniciados estas navidades para dar a conocer las diversas estancias del Palacio Real de Madrid. Ni es justo olvidar la recuperación de las instalaciones de jardines y de espectáculos tan increíbles como el de las fuentes en el Palacio de La Granja. Todo ello llevado a cabo por centenares de trabajadores de Patrimonio que se dejan la piel para conservar esos tesoros artísticos que fueron construidos y creados por decisión de los Reyes españoles a través de los siglos. Sin su iniciativa, no existiría hoy en día el Museo del Prado y todas las obras de arte que alberga y que se han conservado a lo largo de ese tiempo.
Los sucesivos monarcas españoles han disfrutado del uso de muchos de los bienes que desde hace mucho tiempo pertenecen al Estado y no a la Familia Real, como divulgan personas que lo saben pero quieren confundir a los ciudadanos. Prueba de ello es que lo que se conocía como Patrimonio de la Corona pasó a ser Patrimonio de la República en 1932, tras el derrocamiento de la monarquía en 1931. Y así continuó siendo aunque cambió su nombre por el de Patrimonio Nacional durante la dictadura franquista. Actualmente, Patrimonio Nacional es, por ley, el organismo público responsable de los bienes de titularidad estatal que proceden del legado de la Corona española. Son un conjunto integrado de bienes históricos de los más importantes entre los de las antiguas monarquías europeas que no pertenecen a los integrantes de la institución monárquica. Hace algunos años, se informó de forma equivocada a una revista norteamericana que todos esos bienes eran parte de la fortuna personal del Rey Juan Carlos. Se trata de la publicación Forbes, que se ocupa de definir la cuantía de las grandes fortunas de personajes de todo el mundo. Un error que ha costado corregir y que algunos medios siguen repitiendo aunque se ha desmentido que los bienes de Patrimonio Nacional pertenezcan a la Familia Real española.