Baleares como ejemplo: el acuerdo PP-Vox fulmina al socialcomunismo

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El camino tiene que ser ese: PP y Vox han alcanzado finalmente un acuerdo que permitirá la investidura de la popular Marga Prohens como presidenta de Baleares la próxima semana. Y lo harán sobre la base de poner fin a la dictadura del catalán en la educación, pues el entendimiento alcanzado contempla la modificación de cualquier norma que suponga una imposición lingüística y garantizará que el desconocimiento del catalán no será motivo de penalización para el acceso a la Función Pública. El pacto contempla un gobierno del PP en solitario, pero sujeto al cumplimiento de más de un centenar de medidas programáticas que permitan dotar de estabilidad al Ejecutivo de Baleares. Si se cumplen, Vox se compromete a no presentar en toda la legislatura enmiendas a la totalidad de la Ley de Presupuestos. Frente al ruido -insoportable en ocasiones- de Extremadura, el pacto entre PP y Vox en Baleares debería servir de ejemplo.

Se ha impuesto la lógica y el objetivo de desalojar del poder al socialcomunismo, abandonando las posiciones maximalistas y los prejuicios. Evidentemente, cada territorio tiene sus propios matices y en Baleares el PP podía encontrar otras alternativas para lograr el Gobierno, algo que no ocurre en Extremadura, como tampoco ocurría en la Comunidad Valenciana. Pero PP y Vox han sabido leer las necesidades imperiosas de un territorio que durante los últimos años ha sufrido la dictadura del catalán en las aulas y la sanidad pública. El pacto PP-Vox en Baleares levantará una losa que aplastaba la libertad. La libre elección de lengua de enseñanza en todo el ciclo educativo era una necesidad imperiosa, porque la imposición del catalán era un yugo que estaban soportando miles de familias, abandonadas a su suerte por un Ejecutivo sometido a los arrebatos independentistas de los socios de la socialista Francina Armengol. Como en Baleares, en Extremadura se impone la sensatez política en las relaciones entre dos formaciones que, aunque con planteamientos distintos en muchos aspectos, no son antagónicas. Porque lo que no tiene lógica es que las relaciones entre PP y Vox vengan impuestas por el marco político-mental de la izquierda. Eso sólo beneficia al sanchismo.

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