Armengol y el rechazo a la democracia

Anda por ahí el PSOE repartiendo carnés de demócratas cuando los primeros que coartan la libertad son ellos. El talibanismo radical que constriñe la enseñanza en Baleares es el mejor ejemplo. Otras cinco familias se han sumado al grito desesperado de aquellos que se ven sometidos a una situación distópica que el día de mañana se pondrá como ejemplo de surrealismo en las universidades de todo el mundo: la imposibilidad de estudiar en tu propio país en tu propia lengua.
Al igual que sucede en Madrid con Sánchez y sus socios separatistas, Armengol es en Baleares prisionera de un pacto con radicales tan peligrosos como los de Esquerra Republicana de Catalunya (perdón , Més per Mallorca), que prefieren dejar a un hospital sin médicos antes que permitir que se atienda a los enfermos en castellano.
Con la nueva tanda de denuncias son ya 20 las familias que han presentado un contencioso ante el Tribunal Superior de Justicia de Baleares por incumplir la obligación legal de impartir al menos el 25% de las asignaturas en castellano. El PSOE, que sólo respeta la Justicia cuando su fallo le beneficia, no hará el menor caso y seguirá obedeciendo las consignas que recibe desde Esquerra Republicana de Catalunya (perdón, Més per Mallorca) porque sabe que de eso depende su permanencia en el sillón, pero el incumplimiento sistemático de la ley acarrea consecuencias que acabarán pasando por encima de Armengol y de sus talibanes. Es sólo cuestión de tiempo que eso suceda y que la enseñanza en Baleares deje de ser un instrumento de adoctrinamiento al servicio del pancatalanismo.
Lo que será permanente, en cambio, es el daño educativo infligido a generaciones de alumnos que abandonarán el colegio sin la menor preparación y sin los conocimientos necesarios para hacer frente a un mundo laboral tremendamente exigente y en el que su ignorancia de una de las principales lenguas del mundo les pasará factura. Eso también queda en el debe de Armengol. Pasará cuentas por ello.