Albert Lince Rivera

Albert Lince Rivera

El Lynx pardinus o lince pardo español tiene el sentido de la vista muy desarrollado, siendo capaz de detectar un corrupto a 400 m. de distancia, un mamón a 300 m. y una rata a 70 m. Hablamos del felino más sagaz, de altiva elegancia, dotado de largas antenas coronando sus orejas con las que logra asustar y espantar a moscas y moscones. El lince extiende sus hábitats allá donde alcanzan sus sueños, a lugares donde abunda el conejo y la perdiz, símiles del votante desprotegido. Sus huellas redondas, sin aristas, con almohadillas digitales alineadas en arco abierto, eluden trazar desconfianza alguna. Se muestra arisco ante el cepo humano y algo más social en la época de celo. Ahora, eso sí, como detecte una presa fácil, no se anda por las ramas, sale de su escondite, le hinca los colmillos en la nuez, la asfixia, vuelve a camuflarse, se la zampa y a sobrevivir. ¡Qué gato, qué fenómeno!

Tu gran ventaja frente a tus oponentes políticos consiste en ser acusado de hombre de izquierdas por la derecha monolítica y de facha por los talibanes marxistas. En esto te pareces demasiado al retrato robot de don Manuel, el abuelo de José María Aznar que, durante nuestra macabra Guerra Civil, fue sentenciado a muerte en dos ocasiones por los verdugos franquistas, y otras tantas, por los del Frente Popular, aclarando don Manuel que en España no había nadie tan de centro como él. Así de centrado estás, Albert Lince, felino grácil, con patas largas pero en peligro de extinción según los repugnantes deseos de unos y otros. Un animal estético, noble y esquivo como tú, no puede desaparecer. La naturaleza ibérica ha de protegerte. Esperemos que tras el 26J no traiciones tu instinto atávico volviendo a caer en aquellos indecentes errores, que aliarte con palmípedos apenas sirve para ahogarse. Las aves valen para cazarlas, pero como bobas comparsas dan mala espina.

Lo último en Opinión

Últimas noticias