8-F Aragón: bofetón a Sánchez y Alegría
Si las elecciones del 21-D en la comunidad autónoma extremeña han dejado cabal constancia de que el socialismo sanchista baila sobre la marginalidad es muy probable de toda probabilidad que los comicios aragoneses del 8 de febrero certifiquen, aún con mayor calado, esa deriva.
El candidato del PP, Jorge Azcón, tiene un perfil ligeramente diferente al de María Guardiola, aun compartiendo los postulados básicos políticos. El maño es persona más práctica, carece de algunas de las exquisiteces que le han hecho perder apoyos a la extremeña y, además, capitanea un territorio con mucha menos impronta izquierdista que las dos entrañables provincias de Cáceres y Badajoz. Azcón no produce exabruptos, ni rechazo. Persona empática y que no va de nada.
Por otro lado, en los dos años y medio que Azcón lleva al frente de Aragón, tras un exitoso paso por la alcaldía de la capital maña, ha demostrado con hechos que entiende lo que sus gobernados esperan del poder político de la tierra. Se ha cruzado el mundo en busca de inversiones en nuevas tecnologías y ha sabido explotar la magnífica situación geográfica de esta tierra para asentar proyectos de primera magnitud como no lo ha hecho ninguna otra comunidad española.
Por otro lado, el candidato popular tiene una enorme suerte con la que parece ser su principal contrincante en el empeño por arrebatarle el puesto. Pilar Alegría llega de Madrid con un bagaje pobre no sólo como ministra de Educación (competencia en la que ha quedado absolutamente inerme), sino también como portavoz gubernamental que le puede haber dado conocimiento personal, pero en modo alguno solvencia técnico-política. Envuelta, además, en escándalos no menores, como sus mentiras en relación con la fiestuki de José Luis Ábalos cuando era su jefe en el famoso Parador de Teruel y, posteriormente, su almuerzo madrileño con Francisco Salazar, hoy auténtica bestia negra del socialismo patrio por sus presuntos abusos de índole sexual con mujeres subordinadas.
Pudiera ser que con este panorama el PP pudiera, por fin, apuntarse alguna mayoría absoluta con la que hundir más a un Pedro Sánchez ya de por sí completamente desarbolado. Soy consciente y estoy informado que en el Gobierno de Aragón no hubo nunca mayoría absoluta desde hace medio siglo. Pero las estadísticas están para ser rotas.