Los agricultores, en pie de guerra: liberan una avispa para luchar contra una de las peores plagas de Europa

Los productores de fresas y cerezas, golpeados durante años por una devastadora plaga, han decidido apostar por una estrategia inédita en la región: liberar una avispa depredadora que actúa como una aliada natural.
El movimiento, impulsado por las autoridades agrarias, marca un antes y un después en la lucha contra una de las amenazas más persistentes de la agricultura europea.
Liberación de una avispa parasitoide en Cataluña para frenar la plaga de la fresa y la cereza
El Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalidad, junto con el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), ha iniciado la liberación de ejemplares de Ganaspis kimorum, una pequeña avispa parasitoide capaz de neutralizar las larvas de la drosófila de alas manchadas (Drosophila suzukii).
Esta mosca, originaria del sudeste asiático, es considerada una de las plagas más agresivas que han llegado a Europa. Desde su detección en el continente en 2008, y su aparición en Cataluña apenas dos años después, ha causado pérdidas millonarias y arrasado buena parte de las cosechas de frutos rojos, según informa Europa Press.
El proyecto tiene un objetivo claro: integrar esta avispa en el ecosistema agrícola catalán para lograr un control biológico sostenible y duradero. Según explican Jordi Riudavets y Pablo Urbaneja-Bernat (coordinador e investigador del proyecto), se trata de la primera vez que se libera en Cataluña un parasitoide larvario específico para esta plaga.
La medida, añadió, «abre nuevas perspectivas para reforzar el control natural» frente a un enemigo que ha demostrado ser extremadamente resistente a los métodos químicos.
Plaga de fresa y cereza: por qué los pesticidas no fueron suficientes
Durante años, los agricultores han intentado frenar la expansión de la Drosophila suzukii mediante tratamientos fitosanitarios convencionales. Sin embargo, su efectividad ha sido limitada y el coste, elevado.
A esto se suma que las condiciones climáticas recientes (con primaveras más húmedas y temperaturas suaves) han favorecido su reproducción descontrolada.
De acuerdo con datos difundidos por la Generalidad, la incidencia de la plaga se disparó este año, afectando hasta un 43% de las parcelas de fresa y un 12% de las de cereza inspeccionadas. Las pérdidas económicas derivadas han puesto en riesgo la viabilidad de numerosos productores locales.
Por ello, la introducción de la avispa Ganaspis kimorum representa una alternativa más respetuosa con el medioambiente y con menor impacto económico.
«Queremos reducir la dependencia de los insecticidas y fortalecer los mecanismos naturales del ecosistema», informan Riudavets y Urbaneja-Bernat.
Producción sostenible de frutos rojos gracias al control biológico de esta plaga
El programa de control biológico se presenta como un hito para la fruticultura catalana y europea. Al limitar el uso de químicos y favorecer un equilibrio ecológico, la iniciativa apunta a consolidar una producción más competitiva y sostenible. Además, ofrece un modelo replicable para otras regiones afectadas por la misma plaga.
Con la liberación de la avispa Ganaspis kimorum, los agricultores catalanes buscan proteger su cosecha y recuperar la estabilidad de un sector estratégico. La pequeña avispa se convierte así en un animal clave para controlar esta plaga.