Consejos para usar el secador con el perro
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El secador puede ser un gran aliado en la rutina de higiene del perro, sobre todo en lo meses de otoño e invierno. Secarle el perro es clave para prevenir la proliferación de microorganismos patógenos en su piel y pelaje, así como dermatitis y alergias dérmicas. No obstante, es fundamental llevar a cabo un proceso de adaptación para permitir que el perro se acostumbre con el ruido y el funcionamiento del aparato. A continuación, compartimos algunos consejos sobre cómo usar el secador con tu perro. ¡No te los pierdas!
¿Cómo usar el secador con el perro?
Lo primero y más importante es que el animal se acostumbre al secador. Se trata de un proceso gradual que puedes comenzar dejando el secador desenchufado al lado de su cama. Este va a ser su primer contacto con el aparato, así que importante no realizar movimientos bruscos con el aparato (principalmente con el cable). Tampoco debes forzar la interacción, sino esperar a que el perro tome la iniciativa por cuenta propia. La curiosidad lo llevará a acercarse a su propio tiempo.
A medida que el perro se anime a olfatear el secador, puedes incentivarle con palabras amables y recompensarle por su buena actitud con golosinas o juegos, por ejemplo. De esta manera, el proceso de adaptación será mucho más sencillo para él.
El siguiente paso es el más complicado: conseguir que el perro se acostumbre al ruido del secador. Para ello, preséntale el aparato funcionando (procura que no sea a máxima potencia). Antes de usarlo con él, demuéstrale que se trata de algo completamente seguro y positivo usándolo en ti mismo. Deja que el animal esté tranquilo y disfrute mientras te secas el pelo.
Después, dirige el aire el aire a su pelaje, siempre en una temperatura y velocidad media. Recuerda de comenzar en regiones menos sensibles o donde tu perro más disfrute recibir caricias (como el lomo). No apuntes directamente a su rostro, sus orejas o patas. En este punto, es de gran ayuda generar un ambiente tranquilo y relajante, sin ruidos violentos o demasiada luz.
De nuevo, es muy recomendable recompensar la buena conducta del animal con juegos, mimos, golosinas, un buen paseo, etc. El refuerzo positivo es el mejor método para favorecer la adaptación y enseñar al animal.
Por último, pero no menos importante, no olvides mantener una frecuencia de baños saludable para tu mascota. Los baños excesivos pueden impactar negativamente en el equilibrio de su piel y pelaje, favoreciendo la perdida de la grasa natural que protege el cuerpo del perro.
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