Almeida pone el foco en las orgías ‘chemsex’, vinculadas a la expansión de la viruela del mono
El Ayuntamiento de Madrid, liderado por el popular José Luis Martínez Almeida, ha aprobado el nuevo Plan de Adicciones municipal que estará en vigor hasta el 2026 y que pone el foco en nuevas adicciones como el chemsex, una suerte de orgías en las que abundan las drogas, y que podrían estar relacionadas con el brote de viruela del mono en la Comunidad de Madrid.
La directora de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de Madrid, Elena Andradas, ha apuntado que el perfil de los contagiados en Madrid es de varones de una edad media de 35 años que «mantuvieron prácticas sexuales de riesgo y, en algunos grupos, participaron en sesiones de chemsex y fiestas privadas».
La Comunidad de Madrid sumaba este jueves a última hora un total de 65 casos confirmados de viruela del mono, y 30 sospechosos que están pendientes de pruebas de laboratorio y 44 descartados.
En este contexto, una de las principales novedades del nuevo plan municipal de Adicciones se encuentra la promoción de una innovación y adaptación en el abordaje de las adicciones para atender fenómenos en crecimiento como el ‘chemsex’, así como la mejora de la atención integral de la patología dual y la adaptación de las intervenciones dirigidas a las personas mayores.
Asimismo, busca mejorar el desarrollo de diferentes estrategias de comunicación que sirvan para fomentar la accesibilidad, la difusión de los servicios y la reducción del estigma.
Además, el plan prevé que los centros de atención a las adicciones sean parte activa en la atención sociosanitaria de los distritos, acercándose a la ciudadanía y coordinándose con otros servicios públicos indispensables para el abordaje de las adicciones como son los centros de atención primaria en salud, los centros de salud mental y los centros de servicios sociales. Se potenciarán también las medidas de mediación comunitaria.
Según los datos del consistorio madrileño, el Instituto de Adicciones atendió el año pasado a más de 2.100 adolescentes y jóvenes y a más de 1.700 familias en su Servicio de Orientación familiar.
Chemsex
Este extraño término surge de la expresión chemical sex, es decir, sexo químico. Consiste en la combinación de relaciones sexuales y el consumo de drogas ilegales o sin receta con el único objetivo de facilitar, estimular y alargar dichos encuentros. Estos pueden extenderse hasta las 72 horas, con el consiguiente daño físico y mental.
Las sustancias vinculadas a esta nueva moda son, principalmente, la metanfetamina, el GBH y la mefedrona. Todas ellas inciden directamente en la conducta sexual del individuo y se suministran por vía intravenosa. Sin embargo, en ocasiones, el cóctel también incluye popper, cocaína o fármacos para la disfunción eréctil.
Además de lo arriesgado de esta práctica, las autoridades alertan sobre el consumo de drogas sintéticas que eliminan toda percepción del peligro, provocando que los participantes eviten el uso de preservativos. Esta decisión multiplica las probabilidades de contraer el VIH u otras enfermedades de transmisión sexual. Un riesgo que también corren al compartir las jeringuillas con las que se inyectan las drogas. Sin mencionar la posibilidad de sufrir una sobredosis de carácter mortal.