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Adiós a estos alimentos si pasas de los 40: lo recomiendan los médicos

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Los alimentos que es mejor evitar después de los 40
Blanca Espada

Los alimentos que consumimos tienen un impacto directo en nuestra salud, especialmente a medida que envejecemos. Algunos de ellos pueden ser perjudiciales para nuestro organismo si los ingerimos en exceso o con frecuencia, sobre todo después de los 40 años. A continuación, te presentamos una lista de alimentos que los médicos recomiendan evitar o limitar si ya has superado los 40.

Adiós a estos alimentos si pasas de los 40

Puede que alguno de los alimentos, o más de uno, sean algo recurrente en tu dieta. Sin embargo si ya sobrepasas los 40 y deseas cuidar de tu salud, puedes hacer caso a los estudios realizados y a la voz de los expertos y que conozcas bien los alimentos que te enumeramos a continuación, que es mejor que elimines de tu alimentación o que los consumas con extrema moderación.

Azúcar refinado

El azúcar refinado es el extracto puro del azúcar que se obtiene de la caña o la remolacha. A diferencia del azúcar natural que se encuentra en las frutas o la miel, el azúcar refinado no contiene ningún otro nutriente beneficioso para nuestra salud. Su consumo excesivo puede causar estrés pancreático, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 (tal y como señala este estudio ), obesidad, inflamación crónica y cáncer⁶. Por eso, es conveniente reducir el consumo de alimentos que contienen azúcar refinado, como los pasteles, las galletas, los dulces o los cereales azucarados. En su lugar, se pueden consumir frutas frescas o secas, frutos secos o chocolate negro con moderación.

Patatas fritas

Las patatas fritas son uno de los snacks más populares y tentadores, pero también uno de los más dañinos para nuestra salud. Su alto contenido en grasas saturadas y sal puede aumentar el riesgo de obesidad, hipertensión, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Además, las patatas fritas pueden contener acrilamida, una sustancia que se forma al freír alimentos ricos en almidón a altas temperaturas y que se ha asociado con un mayor riesgo de cáncer. Por lo tanto, es mejor optar por otras formas de preparar las patatas, como al horno o al vapor, o sustituirlas por otros vegetales más nutritivos.

Refrescos y bebidas azucaradas

Los refrescos y las bebidas azucaradas son una fuente importante de calorías vacías, es decir, que no aportan ningún nutriente esencial para nuestro organismo. Su consumo excesivo puede provocar un aumento de peso, caries dental, resistencia a la insulina y diabetes tipo 2. Además, estas bebidas contienen ácido fosfórico, un aditivo que puede interferir con la absorción de calcio y favorecer la pérdida de masa ósea. Por ello, es recomendable limitar el consumo de estas bebidas y reemplazarlas por agua o infusiones sin azúcar.

Mantequilla

La mantequilla es un producto lácteo que contiene una elevada proporción de grasas saturadas, las cuales pueden elevar el colesterol malo (LDL) en la sangre y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Lo mismo ocurre con otras fuentes de grasas saturadas, como la nata, el queso, la manteca o la carne grasa. Estos alimentos deben consumirse con moderación y preferiblemente en su versión baja en grasa. Una alternativa más saludable es utilizar aceite de oliva virgen extra o margarina vegetal para cocinar o untar.

Embutidos, perritos calientes y demás carnes procesadas

Los perritos calientes, los embutidos y otras carnes altamente procesadas son alimentos que se elaboran con carne cruda, sal, conservantes, colorantes y otros aditivos. Estos alimentos pueden contener nitratos y nitritos, unas sustancias que se utilizan para evitar el crecimiento de bacterias y mejorar el sabor y el color de los productos cárnicos. Sin embargo, estos compuestos pueden convertirse en nitrosaminas, unas sustancias cancerígenas que pueden dañar el ADN y favorecer el desarrollo de tumores en el estómago, el esófago, el colon y el páncreas. Por lo tanto, es aconsejable evitar o reducir el consumo de estas carnes y optar por carnes frescas o poco procesadas, como el pollo, el pavo o el pescado.

Alcohol

El alcohol es una sustancia que tiene efectos negativos sobre el sistema nervioso central, el hígado, el páncreas y el corazón. El consumo excesivo de alcohol puede provocar intoxicación, dependencia, cirrosis hepática, pancreatitis, hipertensión arterial, arritmias cardíacas y algunos tipos de cáncer. Además, el alcohol puede interactuar con algunos medicamentos y reducir su efectividad o aumentar sus efectos secundarios. Por estas razones, se recomienda limitar el consumo de alcohol a no más de una bebida al día para las mujeres y dos para los hombres. Una bebida equivale a una cerveza de 355 ml, un vino de 148 ml o un licor de 44 ml.

Barbacoas

Las barbacoas son una forma de cocinar la carne a la parrilla con fuego directo. Aunque este método puede resultar sabroso y divertido, también puede tener algunos riesgos para la salud. Por un lado, la carne a la parrilla puede contener hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), unos compuestos que se forman cuando la grasa de la carne gotea sobre las brasas y produce humo. Los HAP son sustancias que pueden causar enfermedades respiratorias y mutaciones en el ADN. Por otro lado, la carne a la parrilla puede contener aminas heterocíclicas (AHC), unas sustancias que se forman cuando la carne se expone a altas temperaturas y se quema por fuera. Las AHC también son sustancias con efecto cancerígeno, especialmente en el colon, el estómago y la próstata[^10^]. Por lo tanto, es recomendable limitar el consumo de carne a la parrilla y seguir algunas medidas para reducir la formación de HAP y AHC, como: marinar la carne antes de cocinarla, darle la vuelta con frecuencia, retirar las partes quemadas y no consumir los jugos de la carne.

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